domingo, 23 de noviembre de 2025

414. Francisca y la Muerte.

Francisca y la Muerte. Cuento de Jorge Onelio Cardoso[i]. Ilustración de Gerardo Cantú. (Fuente: bibliotecadigital.ilce.edu.mx)

Conocí a Jorge Onelio siendo muy joven. Mi madre fue el segundo lugar en el concurso Hernández Catá, donde Onelio fue premiado por su cuento “Los Carboneros.” Muchos años después, se hizo un breve reportaje fílmico sobre esa obra: todavía recuerdo el año (1957) y el lugar (un cine en la calle Belascoaín, cerca de Artes y Oficios de La Habana) La hermosa visión de la ciénaga, la narración con el fondo de una guitarra maravillosa, el trabajo de los carboneros entre el mangle, los cocodrilos…

Es lástima que se haya perdido pues era poesía pura, maravilla para la vista y el oído. De su calidad humana, tengo presente el cuadro donde mi madre conservó muchos años el telegrama que Onelio le envió: “Primer accésit[ii] pudo ser primer premio.” Leamos del Cuentero Mayor: Francisca y la Muerte.

Santos y buenos días —dijo la Muerte, y ninguno de los presentes la pudo reconocer.

¡Claro!, venía la parca con su trenza retorcida bajo el sombrero y su mano amarilla en el bolsillo. —Si no molesto —dijo—, quisiera saber dónde vive la señora Francisca.

—Pues mire —le respondieron, y asomándose a la puerta, un hombre señaló con su dedo rudo de labrador: Allá por los matorrales que bate el viento, ¿ve? hay un camino que sube la colina. Arriba hallará la casa.

"Cumplida está" pensó la Muerte, y dando las gracias echó a andar por el camino aquella mañana que, precisamente, había pocas nubes en el cielo y todo el azul resplandecía de luz.

Andando pues, miró la Muerte la hora y vio que eran las siete de la mañana. Para la una y cuarto, pasado el meridiano, estaba en su lista cumplida ya la señora Francisca.

"Menos mal, poco trabajo; un solo caso", se dijo satisfecha de no fatigarse la Muerte y siguió su paso, metiéndose ahora por el camino apretado de romerillo y rocío.

Efectivamente, era el mes de mayo y con los aguaceros caídos no hubo semilla silvestre ni brote que se quedara bajo tierra sin salir al sol. Los retoños de las ceibas eran pura caoba transparente. El tronco del guayabo soltaba, a espacios, la corteza, dejando ver la carne limpia de la madera. Los cañaverales no tenían una sola hoja amarilla; verde era todo, desde el suelo al aire, y un olor a vida subía de las flores.

Natural que la Muerte se tapara la nariz. Lógico también que ni siquiera mirara tanta rama llena de nidos, ni tanta abeja con su flor. Pero ¿qué hacerse?; estaba la Muerte de paso por aquí, sin ser su reino.

Así pues, echó y echó a andar la Muerte por los caminos hasta llegar a casa de Francisca.

Por favor, con Panchita —dijo adulona la Muerte.

—Abuela salió temprano —contestó una nieta de oro, un poco temerosa, aunque la parca seguía con su trenza bajo el sombrero y la mano en el bolsillo.

— ¿Y a qué hora regresa? —preguntó la Muerte. — ¡Quién lo sabe! — dijo la madre de la niña—. Depende de los quehaceres. Por el campo anda, trabajando.

Y la Muerte se mordió el labio. No era para menos seguir dando rueda por tanto mundo bonito y ajeno.

Hace mucho sol. ¿Puedo esperarla aquí? — Aquí quien viene tiene su casa. Pero puede que ella no regrese hasta el anochecer.

Chin!", pensó la Muerte, "se me irá el tren de las cinco. No; mejor voy a buscarla". Y levantando su voz, dijo la Muerte: — ¿Dónde, de fijo, pudiera encontrarla ahora?

—De madrugada salió a ordeñar. Seguramente estará en el maíz, sembrando. — ¿Y dónde está el maizal? -preguntó la Muerte. — Siga la cerca y luego verá el campo arado detrás.

Gracias —dijo secamente la Muerte y echó a andar de nuevo. Pero miró todo el extenso campo arado y no había un alma en él. Sólo garzas.

Soltóse la trenza la Muerte y rabió: "¡Vieja andariega, dónde te habrás metido!" Escupió y continuó su sendero sin tino.

Una hora después de tener la trenza ardida bajo el sombrero y la nariz repugnada de tanto olor a hierba nueva, la Muerte se topó con un caminante:

Señor, ¿pudiera usted decirme dónde está Francisca por estos campos? —Tiene suerte —dijo el caminante—, media hora lleva en casa de los Noriega. Está el niño enfermo y ella fue a sobarle[iii] el vientre. —Gracias —dijo la Muerte como un disparo, y apretó el paso.

Duro y fatigoso era el camino. Además, ahora tenía que hacerlo sobre un nuevo terreno arado, sin trillo, y ya se sabe cómo es de incómodo sentar el pie sobre el suelo irregular y tan esponjoso de frescura, que se pierde la mitad del esfuerzo. Así por tanto, llegó la Muerte hecha una lástima a casa de los Noriega: —Con Francisca, a ver si me hace el favor.

—Ya se marchó. — ¡Pero, cómo! ¿Así, tan de pronto? — ¿Por qué tan de pronto? —le respondieron—.

Sólo vino a ayudarnos con el niño y ya lo hizo. ¿De qué extrañarse?

Bueno... verá —dijo la Muerte turbada—, es que siempre una hace la sobremesa en todo, digo yo. —Entonces usted no conoce a Francisca.

Tengo sus señas —dijo burocrática la impía. — A ver; dígame —esperó la madre. Y la Muerte dijo: — Pues... con arrugas; desde luego ya son sesenta años...

— ¿Y qué más? — Verá... el pelo blanco... casi ningún diente propio... la nariz, digamos...

— ¿Digamos que? — Filosa.

— ¿Eso es todo? —Bueno... además de nombre y dos apellidos.

—Pero usted no ha hablado de sus ojos. —Bien; nublados... sí, nublados han de ser... ahumados por los años.

— No, no la conoce —dijo la mujer—. Todo lo dicho está bien, pero no los ojos. Tiene menos tiempo en la mirada. Ésa, a quien usted busca, no es Francisca.

Y salió la Muerte otra vez al camino. Iba ahora indignada sin preocuparse mucho por la mano y la trenza, que medio se le asomaba bajo el ala del sombrero.

Anduvo y anduvo. En casa de los González le dijeron que estaba Francisca a un tiro de ojo de allí, cortando pastura para la vaca de los nietos. Mas sólo vio la Muerte la pastura recién cortada y nada de Francisca, ni siquiera la huella menuda de su paso.

Entonces la Muerte, quien ya tenía los pies hinchados dentro de los botines enlodados, y la camisa negra, más que sudada, sacó su reloj y consultó la hora: "¡Dios! ¡Las cuatro y media! ¡Imposible! ¡Se me va el tren!" Y echó la Muerte de regreso, maldiciendo.

Mientras, a dos kilómetros de allí, Francisca escardaba de malas hierbas el jardincito de la escuela. Un viejo conocido pasó a caballo y, sonriéndole, le echó a su manera el saludo cariñoso:

— Francisca, ¿cuándo te vas a morir? Ella se incorporó asomando medio cuerpo sobre las rosas y le devolvió el saludo alegre:

— Nunca —dijo—, siempre hay algo que hacer.

Fechas del mes de noviembre:

1º de noviembre de 1,764. Primer sistema de buques correos. Estos buques, además, realizaban la travesía entre la Península y Cuba con mercancías y pasajes. El primero que lo realizó fue el barco “El Cortés”. Este sistema sólo fue establecido regularmente a partir de 1,826.

4 de noviembre de 1,907. Entregan al doctor Carlos Juan Finlay y Barrès la condecoración “Mary Kingsley”. Era la distinción más alta que otorgaba la escuela de Medicina Tropical de Liverpool, en Gran Bretaña, y le fue otorgada como desagravio al sabio cubano por no habérsele concedido el Premio Nobel para el que fue propuesto… La recibió en la Universidad de La Habana y fue el primer latinoamericano en obtenerla. Cuando se produce la Intervención de EE.UU. en la Isla, es que se crea una comisión para erradicar el agente trasmisor. Una enfermera y un médico estadounidense se brindaron como voluntarios, entre otros, falleciendo por la fiebre amarilla. El Dr. Walter Reed, principal dirigente de la Comisión, siempre reconoció el mérito de Finlay.

6 de noviembre de 1,857. Nace Juan Nicolás Dávalos Betancourt en Matanzas. Destacado bacteriólogo del Laboratorio Histo Bacteriológico de La Habana, donde en 1,894 produce el primer suero antidiftérico de producción nacional, con lo que Cuba se convierte en el primer país latinoamericano en aplicarlo. Lo llamaban “el sabio que soñaba con las bacterias”.

11 de noviembre de 1,887. Crimen de Chicago. Son ahorcados en Chicago, EE.UU., los obreros Albert Parsons, August Spies, George Engel y Adolph Fisher, líderes socialistas (sic) y revolucionarios que lucharon arduamente por lograr reivindicaciones para sus hermanos de clase. En su recuerdo se celebra el Día Internacional del Trabajo cada primero de mayo, fecha en que miles de obreros norteamericanos se lanzaron a la huelga general en demanda de la jornada de ocho horas. “En 1,893, un nuevo gobernador de Illinois, John Atgeld, accedió a que se revisara el proceso. Las diligencias practicadas por el juez Eberhardt entonces establecieron que los ahorcados no habían cometido ningún crimen y que “habían sido víctimas inocentes de un error judicial”.

16 de noviembre de 1,519. Es fundada San Cristóbal de la Habana, una de las más antiguas ciudades de América. El auge del tráfico marítimo y las condiciones de abrigo que ofrecía la bahía, contribuyeron a transformar a la capital de la Mayor de las Antillas, con el paso de los años, en una de las ciudades más importantes entre las posesiones españolas en América.

19 de noviembre: 1,837 - Se inaugura en Cuba el primer ferrocarril de Iberoamérica. En esta fecha, Cuba se convirtió en el cuarto país del mundo en introducir el transporte ferroviario, pues anteriormente se usaba en EE.UU., Inglaterra y Francia, naciones que aventajaban al pequeño archipiélago caribeño desde el punto de vista económico.

Es de notar que la mano de obra fue inicialmente asalariada, constituida en parte por canarios que pronto abandonaron ese trabajo, prisioneros carlistas traídos de España (140) y jornaleros irlandeses y estadounidenses. Más tarde, fue introducida mano de obra esclava, explotada salvajemente, murieron por centenares. Solo entre 1,835 y 1,841 fueron enterrados en la parroquia del Cerro 340 esclavos del ferrocarril.” Fuente principal: “Caminos para el Azúcar”, de Oscar Zanetti Lecuona y Alejandro García Álvarez.

21 de noviembre de 1,906 - Nace Antonio Guiteras Holmes en EE.UU. Desde muy joven volcó sus inquietudes políticas en la lucha revolucionaria contra la dictadura del presidente Machado. Graduado de Doctor en Farmacia, tuvo destacadísima participación en el llamado Gobierno de los Cien Días que ocupó la presidencia de la nación desde el 10 de septiembre de 1,933 hasta el 15 de enero de 1,934. Dentro de dicho gobierno, Guiteras desempeñó a un tiempo las secretarías de Gobernación, Guerra y Marina, y fue además, el promotor de las leyes progresistas de carácter verdaderamente revolucionario que se dictaron en ese período.

Entre otras, creó la Secretaria de Trabajo, implantación de la Jornada de Ocho Horas, establecimiento del Jornal Mínimo, reconocimiento de la sindicalización para todos los trabajadores, establecimiento del sistema de seguros y de retiros para los trabajadores, prohibición de pagar sueldos y salarios por medio de fichas, vales o tickets, la autonomía universitaria, convocatoria a una Asamblea Constituyente. Muchas de estas leyes sólo estaban firmadas por Guiteras y tuvieron la oposición de Grau San Martín y Fulgencio Batista.

26 de noviembre: 1,891 - Palabras de Martí en el Liceo cubano de Tampa: “Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”. Tales palabras las expresó Martí en el discurso que pronunció en el Liceo Cubano de Tampa. … otra frase igualmente histórica del ideario martiano: “Para Cuba que sufre, la primera palabra. De altar se ha de tomar a Cuba, para ofrendarle nuestra vida, y no de pedestal para levantarnos sobre ella”.

30 de noviembre de 1,956 - Alzamiento popular en Santiago de Cuba. El alzamiento estaba orientado a apoyar el desembarco del Yate Granma. Este día, Pepito Tey, al frente de un grupo de hombres, se detuvo unos instantes junto al local del Estado Mayor Revolucionario de la capital oriental para dar a conocer a Frank País -Jefe Nacional de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio- el comienzo de la acción. Perdieron la vida José (Pepito) Tey, Otto Parellada y Antonio (Tony) Alomá.  Fuentes Principales: es.wikiquote.org; es.wikipedia.org; datos históricos del autor.

Próxima edición: viernes 12 de diciembre.

Al lector: durante estas últimas dos semanas mi compañera ha estado muy enferma. Visitas a mi casa del médico, pedido al 112 ayuda,- que recibimos muy rápido-, y un estado de la tensión arterial muy bajo: 80 máxima y 40 mínima. Decidí hacer un esfuerzo para publicar su blog en medio de esta situación que estamos  viviendo. Dicho y hecho. Lo hice, pero perdí una valoración sobre los servicios asistenciales de atención al paciente, más un comentario valorando lo que entiendo, se puede hacer para mejorar el servicio a la población en el ámbito estatal. Más un análisis de la situación vinculada al Fiscal General del Estado y quién es el más perjudicado y el más beneficiado. Es mío el error por creer que estaba en condiciones mentales para la tarea. Intentaré hacerlo mejor. R. 

Salvo que se especifique lo contrario, las negritas, itálicas, y subrayados son del Editor. El sentido de (…) y de… es indicar que se ha condensado la obra original. Los comentarios entre [ ] son del Editor.

Para facilitar que conozcas la información que te ofrecemos, ampliamos el texto de la misma, hasta donde podemos, razonablemente, para un blog cultural. Los editores de información independiente están en peligro; con ellos, la libertad de opinión, base de todo sistema democrático. Con la IA predetermina por Google, en su última actualización, no puedes acceder a Wikipedia, con su imparcialidad y criterio independiente. Intentaré modificar esta dependencia de una fuente única.

Nuestro blog es posible por los servicios gratuitos de diferentes empresas internacionales de comunicación: los Alertas de Google*, BBC*, Xakata* Gizmodo en Español, DW*, Swissinfo*, MSN*, Clínica Mayo* y otras fuentes en las que confiamos. Gracias. [*No te bloquean.]

Si desea realizar algún comentario sobre este blog, lo puede hacer escribiendo un correo electrónico: cd308382@gmail.com 


[i] Onelio Jorge Cardoso (1914-1986) Cursó estudios hasta el nivel de Bachillerato, cuando tuvo que dejar los estudios por problemas económicos (…) tuvo que desempeñar diversos oficios para apoyar a su familia. Uno de estos empleos fue el de viajante de comercio que le permitió conocer diferentes lugares de (…) la geografía (cubana) y a diversos personajes populares, que le sirvieron de modelos para los personajes de sus obras.

(…) En 1936 ganó un concurso de cuentos pero no fue hasta 1945 que se da a conocer, al ganar el concurso “Alfonso Hernández Catá”, con el cuento “Los Carboneros”.

En 1948 se traslada a La Habana, donde trabaja como redactor de noticiero en la Emisora Mil Diez, escribe libretos para la radio comercial y se desempeñó como Jefe de Redacción en el noticiario Cine-Revista. (es.wikipedia.org) (Añadimos: La Emisora Mil Diez pertenecía al Partido Socialista Popular, filial del partido bolchevique ruso. Se creó en 1943 con el nombre de Radio Popular Onda Colectiva y era el único canal internacional libre. Recuerden que se desarrollaba la II Guerra Mundial. Fue muy importante como descubridora y promotora de talentos nuevos,- Celia Cruz, Olga Guillot, Rosita Fornés, Beny Moré, Omara Portuondo, Trío Matamoros, Zoila Galvéz, César Portillo de la Luz, Raquel Revuelta, Manolo Ortega, Jorge Onelio, etc., etc., iniciaron su vida artística y literaria allí. Fue clausurada por el gobierno del Dr. Ramón Grau San Martín, en 1948, después de trasmitir el discurso del líder azucarero asesinado por defender los intereses de los trabajadores Jesús Menéndez, aunque había perdido sus cualidades iniciales mucho antes. El noticiero fílmico Cine-Revista fue un excelente medio de difusión cultural, con un formato muy original donde Onelio tuvo gran importancia. No ha vuelto a existir nada parecido a ese buen cine corto.)

[ii] accésit: 1. m. En certámenes científicos, literarios o artísticos, recompensa inferior inmediata al premio.

[iii] sobar el vientre: 1. Manejar y oprimir algo repetidamente a fin de que se ablande o suavice. 5. Arg., Bol., C. Rica, Cuba, Ecuad., El Salv. y Méx. Dar masaje, friccionar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario