martes, 23 de agosto de 2022

373. CUENTO.

 EL GALLO DE SÓCRATES.

Por “Leopoldo Enrique García-Alas y Ureña, del escritor español conocido simplemente como Leopoldo Alas y apodado Clarín se desempeñó como crítico literario en la prensa periódica de la época, desde donde atacó con punzantes artículos a muchos literatos contemporáneos. Su novela La Regenta (1,884) está considerada la obra cumbre de la literatura española del realismo y la mejor novela en castellano del siglo xix. es.wikipedia.org

Critón, después de cerrar la boca y los ojos al Maestro, dejó a los demás discípulos en torno del cadáver, y salió de la cárcel, dispuesto a cumplir lo más pronto posible el último encargo que Sócrates le había hecho, tal vez burla burlando, pero que él tomaba al pie de la letra en la duda de si era serio o no era serio. Sócrates, al expirar, descubriéndose, pues ya estaba cubierto para esconder a sus discípulos, el espectáculo vulgar y triste de la agonía, había dicho, y fueron sus últimas palabras:

Critón,  debemos un gallo a Esculapio* (Asclepiodios griego de la Medicina (Esculapio para los romanos) no te olvides de pagar esta deuda. -Y no habló más. Foto: gallo  wikifaunia.com/

Para Critón aquella recomendación era sagrada: no quería analizar, no quería examinar si era más verosímil que Sócrates sólo hubiera querido decir un chiste, algo irónico tal vez, o si se trataba de la última voluntad del maestro, de su último deseo. ¿No había sido siempre Sócrates, pese a la calumnia de Anito y Melito, respetuoso para con el culto popular, la religión oficial? Cierto que les daba a los mitos (que Critón no llamaba así, por supuesto) un carácter simbólico, filosófico muy sublime o ideal; pero entre poéticas y trascendentales paráfrasis, ello era que respetaba la fe de los griegos, la religión positiva, el culto del Estado. Bien lo demostraba un hermoso episodio de su último discurso, (pues Critón notaba que Sócrates a veces, a pesar de su sistema de preguntas y respuestas se olvidaba de los interlocutores, y hablaba largo y tendido y muy por lo florido).

Había pintado las maravillas del otro mundo con pormenores topográficos que más tenían de tradicional imaginación que de rigurosa dialéctica y austera filosofía.

Y Sócrates no había dicho que él no creyese en todo aquello, aunque tampoco afirmaba la realidad de lo descrito con la obstinada seguridad de un fanático; pero esto no era de extrañar en quien, aun respecto de las propias ideas, como las que había expuesto para defender la inmortalidad del alma, admitía con abnegación de las ilusiones y del orgullo, la posibilidad metafísica de que las cosas no fueran como él se las figuraba. En fin, que Critón no creía contradecir el sistema ni la conducta del Maestro, buscando cuanto antes un gallo para ofrecérselo al dios de la Medicina.

Como si la Providencia anduviera en el ajo, en cuanto Critón se alejó unos cien pasos de la prisión de Sócrates, vio, sobre una tapia, en una especie de plazuela solitaria, un gallo rozagante, de espléndido plumaje. Acababa de saltar desde un huerto al caballete de aquel muro, y se preparaba a saltar a la calle. Era un gallo que huía; un gallo que se emancipaba de alguna triste esclavitud.

Conoció Critón el intento del ave de corral, y esperó a que saltase a la plazuela para perseguirle y cogerle. Se le había metido en la cabeza (porque el hombre, en empezando a transigir con ideas y sentimientos religiosos que no encuentra racionales, no para hasta la superstición más pueril) que el gallo aquel, y no otro, era el que Esculapio, o sea Asclepios, quería que se le sacrificase. La casualidad del encuentro ya lo achacaba Critón a voluntad de los dioses.

Al parecer, el gallo no era del mismo modo de pensar; porque en cuanto notó que un hombre le perseguía comenzó a correr batiendo las alas y cacareando por lo bajo, muy incomodado sin duda.

Conocía el bípedo perfectamente al que le perseguía de haberle visto no pocas veces en el huerto de su amo discutiendo sin fin acerca del amor, la elocuencia, la belleza, etc., etc.; mientras él, el gallo, seducía cien gallinas en cinco minutos, sin tanta filosofía.

Pero buena cosa es, iba pensando el gallo, mientras corría y se disponía a volar, lo que pudiera, si el peligro arreciaba; buena cosa es que estos sabios que aborrezco se han de empeñar en tenerme por suyo, contra todas las leyes naturales, que ellos debieran conocer. Bonito fuera que después de librarme de la inaguantable esclavitud en que me tenía Gorgias, cayera inmediatamente en poder de este pobre diablo, pensador de segunda mano y mucho menos divertido que el parlanchín de mi amo”.

Corría el gallo y le iba a los alcances el filósofo. Cuando ya iba a echarle mano, el gallo batió las alas, y, dígase de un vuelo, dígase de un brinco, se puso, por esfuerzo supremo del pánico, encima de la cabeza de una estatua que representaba nada menos que Atenea.

-¡Oh, gallo irreverente! -gritó el filósofo, ya fanático inquisitorial, y perdónese el anacronismo. Y acallando con un sofisma pseudo-piadoso los gritos de la honrada conciencia natural que le decía: “no robes ese gallo”, pensó: “Ahora sí que, por el sacrilegio, mereces la muerte. Serás mío, irás al sacrificio”.

Y el filósofo se ponía de puntillas; se estiraba cuanto podía, daba saltos cortos, ridículos; pero todo en vano.

Oh, filósofo idealista, de imitación! -dijo el gallo en griego digno del mismo Gorgias; -no te molestes, no volarás ni lo que vuela un gallo. ¿Qué? ¿Te espanta que yo sepa hablar? Pues ¿no me conoces? Soy el gallo del corral de Gorgias. Yo te conozco a ti. Eres una sombra. La sombra de un muerto. Es el destino de los discípulos que sobreviven a los maestros. Quedan acá, a manera de larvas, para asustar a la gente menuda. Muere el soñador inspirado y quedan los discípulos alicortos que hacen de la poética idealidad del sublime vidente una causa más del miedo, una tristeza más para el mundo, una superstición que se petrifica.

-“¡Silencio, gallo! En nombre de la Idea de tu género, la naturaleza te manda que calles”.

-Yo hablo, y tú cacareas la Idea. Oye, hablo sin permiso de la Idea de mi género y por habilidad de mi individuo. De tanto oír hablar de Retórica, es decir, del arte de hablar por hablar, aprendí algo del oficio.

-¿Y pagas al maestro huyendo de su lado, dejando su casa, renegando de su poder?

-Gorgias es tan loco, si bien más ameno, como tú. No se puede vivir junto a semejante hombre. Todo lo prueba; y eso aturde, cansa. El que demuestra toda la vida, la deja hueca. Saber el porqué de todo es quedarse con la geometría de las cosas y sin la substancia de nada. Reducir el mundo a una ecuación es dejarlo sin pies ni cabeza. Mira, vete, porque puedo estar diciendo cosas así setenta días con setenta noches: recuerda que soy el gallo de Gorgias, el sofista.

-Bueno, pues por sofista, por sacrílego y porque Zeus lo quiere, vas a morir. ¡Date!

Nones! No ha nacido el idealista de segunda mesa que me ponga la mano encima. Pero, ¿a qué viene esto? ¿Qué crueldad es esta? ¿Por qué me persigues?

-Porque Sócrates al morir me encargó que sacrificara un gallo a Esculapio, en acción de gracias porque le daba la salud verdadera, librándole por la muerte, de todos los males.

-¿Dijo Sócrates todo eso? -No; dijo que debíamos un gallo a Esculapio.

-De modo que lo demás te lo figuras tú. -¿Y qué otro sentido, pueden tener esas palabras?

-El más benéfico. El que no cueste sangre ni cueste errores. Matarme a mí para contentar a un dios, en que Sócrates no creía, es ofender a Sócrates, insultar a los Dioses verdaderos… y hacerme a mí, que sí existo, y soy inocente, un daño inconmensurable; pues no sabemos ni todo el dolor ni todo el perjuicio que puede haber en la misteriosa muerte.

-Pues Sócrates y Zeus quieren tu sacrificio.

-Repara que Sócrates habló con ironía, con la ironía serena y sin hiel del genio. Su alma grande podía, sin peligro, divertirse con el juego sublime de imaginar armónicos la razón y los ensueños populares. Sócrates, y todos los creadores de vida nueva espiritual, hablan por símbolos, son retóricos, cuando, familiarizados con el misterio, respetando en él lo inefable, le dan figura poética en formas. El amor divino de lo absoluto tiene ese modo de besar su alma. Pero, repara cuando dejan este juego sublime, y dan lecciones al mundo, cuán austeras, lacónicas, desligadas de toda inútil imagen con sus máximas y sus preceptos de moral. -Gallo de Gorgias, calla y muere.

-Discípulo indigno, vete y calla; calla siempre. Eres indigno de los de tu ralea. Todos iguales. Discípulos del genio, testigos sordos y ciegos del sublime soliloquio (reflexión en voz alta y a solas) de una conciencia superior; por ilusión suya y vuestra, creéis inmortalizar el perfume de su alma, cuando embalsamáis con drogas y por recetas su doctrina. Hacéis del muerto una momia para tener un ídolo. Petrificáis la idea, y el sutil pensamiento lo utilizáis como filo que hace correr la sangre. Sí; eres símbolo de la triste humanidad sectaria. De las últimas palabras de un santo y de un sabio sacas por primera consecuencia la sangre de un gallo. Si Sócrates hubiera nacido para confirmar las supersticiones de su pueblo, ni hubiera muerto por lo que murió, ni hubiera sido el santo de la filosofía. Sócrates no creía en Esculapio, ni era capaz de matar una mosca, y menos un gallo, por seguirle el humor al vulgo.

-Yo a las palabras me atengo. Date…

Critón buscó una piedra, apuntó a la cabeza, y de la cresta del gallo salió la sangre…

El gallo de Gorgias perdió el sentido, y al caer cantó por el aire, diciendo: -¡Quiquiriquí! Cúmplase el destino; hágase en mí según la voluntad de los imbéciles. Por la frente de jaspe de Palas Atenea resbalaba la sangre del gallo.

Fuente: Ciudad Seva cuentos.

[Clarín, (1,852-1,901) en este diálogo imaginado, pone verdades en boca del gallo que, aún hoy, son ciertas. Vivió una época convulsa de la historia de España. Detrás de este “cuento” hay una crítica profunda a los pseudo literatos, poniendo una sonrisa en está, la fina ironía del gran autor.]  

LAS RECETAS DE LA ABUELA.

MARMITAKO DE ATÚN O GUISO DE PATATAS CON ATÚN.

El nombre de marmitako o marmita viene dado por el recipiente donde se cocinaba este guiso. La marmita es una olla de metal con tapa. En ella se ponían las verduras junto al pescado recién sacado del mar y se cocinaba.

Este guiso es muy apreciado porque se prepara con pescado azul, ya sea atún o bonito. El pescado azul es rico en Omega 3, muy beneficioso para el corazón actuando sobre la tensión arterial y la circulación en general.

Como ya sabes, en el resultado final influye mucho la calidad de los ingredientes que se usan. En este caso, es importantísimo mimar el atún y, sobre todo, no pasarse con la cocción. Con los pasos que te expongo, estoy convencida de que te saldrá en su punto.

Ingredientes:

500 gr. de atún o bonito.

1 litro de caldo de pescado.

1 kg patatas.

½ cebolla.

1 pimiento verde.

2 dientes de ajo.

4 cucharadas de tomate triturado.

1 cucharadita de pimentón.

1 cucharadita de pimiento choricero (Opcional).

200 ml de vino blanco.

Aceite de oliva y sal al gusto.

Preparación:

1.- Para hacer la receta del marmitako de atún lo primero será preparar las verduras para el sofrito. Hay que pelar y picar los ajos. También quitamos la piel y troceamos la cebolla en cuadraditos no demasiado grandes.

2.- Por último, los pimientos. A estos últimos hay que quitarles la parte de arriba, las simientes y los filamentos que nos encontramos dentro. Los lavamos y secamos y, para terminar, los troceamos al mismo tamaño que la cebolla.

3.- Una vez hecho esto, en una cacerola, preferiblemente ancha, pondremos aceite de oliva para cubrir el fondo; añadiremos las verduras que habíamos preparado. Las pondremos a fuego moderado porque queremos que se ablanden y no que se quemen.

4.- Tras unos 10 minutos ya estarán listas para añadirles el tomate. Se mueve todo bien y esperamos un par de minutos a que se cocine.

5.- Mientras, lo mejor es aprovechar el tiempo para ir pelando y lavando las patatas. Esta vez, en vez de cortarlas tal cual, vamos a “cascarlas” o “chascarlas”. Esto es, metemos la punta del cuchillo en la patata y tiramos. Al romperlas, lo que conseguimos es que suelten el almidón en el guiso y la salsa espese más.

6.- Cuando el sofrito esté listo, le añadimos las patatas ya preparadas por encima. También ponemos la sal. En el caso de los guisos con patatas, como ocurre con este marmitako de atún, debemos ser un poco más generosos con la sal porque las patatas son muy “sosas”. Ojo, tampoco es cuestión de pasarse ya que luego lo vamos a probar y a rectificar.

7.- Las movemos bien y añadimos el vino blanco. Lo tendremos cocinándose dos o tres minutos para que se evapore el alcohol.

8.- Después pondremos el pimentón dulce y una cucharada de la carne de pimiento choricero. Este último ingrediente es opcional, aunque te lo recomiendo porque aporta muchísimo sabor…

Por razones de espacio, hemos acortado el  resto de los consejos que podrás leer abriendo el vínculo siguiente:

Fuente y foto: https://www.cocinaabuenashoras.com/marmitako-de-atun.html

DEL HOGAR Y ALGO MÁS:

El maíz es el tercer cereal más cultivado en el mundo, y después del trigo y el arroz es la base de la alimentación de muchos países. En España no ha conseguido desbancar al trigo, aunque va ganando consumidores, sobre todo entre las personas celíacas, ya que el maíz no contiene gluten.

Es un alimento muy completo, que contiene muchas vitaminas y minerales que favorecen nuestro metabolismo. Fueron las civilizaciones precolombinas las que establecieron el maíz como uno de los alimentos básicos en su dieta y fueron los españoles quienes lo trajeron a Europa. A principios del siglo XVI ya se cultivaba en Andalucía y su cultivo se extendió por toda la Península Ibérica, Europa, norte de África y Asia.

VALOR NUTRICIONAL DE 100 GRAMOS DE MAÍZ: Calorías: 86; carbohidratos: 19 g; Grasas: 1,2 g; proteínas: 3,2 g; ácido fólico (vitamina B9): 46 μg; potasio: 270 mg.

PROPIEDADES Y BENEFICIOS DEL MAÍZ:

1.- Antioxidantes: El maíz es fuente de antioxidantes que combaten los radicales libres y el envejecimiento celular. 

2.- Saciante: Rico en fibra e hidratos de carbono el maíz es saciante  [llena] y ayuda a controlar nuestro apetito.

3.- Bueno para el cerebro: Rico en ácido fólico y otras vitaminas, el maíz es un aliado de diversas funciones cerebrales. 

4.- Cuida nuestra salud cardiovascular: La vitamina B1 que contiene el maíz disminuye la homocisteína* y, por lo tanto, reduce también el riesgo de sufrir un ataque cardiovascular.* La homocisteína es un tipo de aminoácido, una sustancia química que el cuerpo utiliza para producir proteínas. https://medlineplus.gov 

5.- Indicado para las embarazadas: Rico en ácido fólico, es muy recomendable para las embarazadas y en etapas de lactancia. 

6.- Mantiene los huesos fuertes. Gracias a la presencia de calcio entre sus nutrientes.

Fuente y foto: https://www.lavanguardia.com/comer/materia-prima/20211223/4554/maiz-valor-nutricional-propiedades-beneficios.html

INFORMACIONES ÚTILES:

Diagnóstico de cáncer de piel destaca la importancia de exámenes anuales.  MedlinePlus. Bombera jubilada relata su experiencia con el carcinoma de células escamosas y la queratosis actínica. Leer más.

Cuál es la vitamina que ayuda a mantener tu cerebro joven ... Diario de N.Y. Las vitaminas B incluyen: vitamina B1, vitamina B2 o riboflavina, vitamina B3 o niacina, vitamina B5 o ácido pantoténico, vitamina B6 o piridoxina, vitamina B7 o biotina, vitamina B9 o folato, vitamina B12 o cobalamina. Leer más.

Factores de riesgo del cáncer - MSD Manuals Un estudio publicado esta semana en la revista The Lancet sugiere que casi la mitad de las muertes por cáncer pueden atribuirse a factores de riesgo prevenibles, incluidos los tres riesgos principales: fumar, beber demasiado alcohol o tener un índice de... Leer más.

La polio vuelve a circular en Occidente: ¿qué implica esta ...  La Nación. El caso confirmado en  EE.UU. y los restos en las aguas residuales alertan a las autoridades sanitarias, que advierten del riesgo que... Leer más.

POESÍA.

De la poetisa cubana Dulce María Loynaz del Castillo, le ofrecemos está belleza, que me recuerda la de Alfonsina Storni “tú me quieres pura”:

Quiéreme entera.

Si me quieres, quiéreme entera,

no por zonas de luz o sombra…

Si me quieres, quiéreme negra

y blanca, Y gris, verde, y rubia,

y morena…

Quiéreme día,

quiéreme noche…

¡Y madrugada en la ventana abierta!…

Si me quieres, no me recortes:

¡Quiéreme toda… O no me quieras!

PARA REFRESCAR.

1. - Oiga, ¡por favor! Haga usted el favor de no mearse en la piscina. - ¡Pero si todo el mundo lo hace! - ¡Sí! ¡Pero no desde el trampolín!

2. - Oye, ¿y tú eres de los que ayuda con las tareas de la casa o te haces el loco? - Qué dices, a mí me encanta colaborar. - ¿Ah, sí? - Sí, levanto los pies cuando barren por ejemplo...

3. Un padre le dice a su hijo: - Hijo mío, me están saliendo muy caros tus estudios. Y el hijo contesta: - ¡Y eso que ni estudio! Fuente: https://chistescortos.yavendras.com/

Próxima edición: si todo va bien, a finales de septiembre.          

El blog https://mangoconarrozdos.blogspot.com/ se hace sin ánimo de lucro. No percibimos ingresos por él. Sólo lo creamos para brindarle información y entretenimiento. Por razones de espacio algunos textos han sido resumidos. Si desea leer completo el tema, debe ir al vínculo del texto. Han sido preservados los datos esenciales. Salvo que se especifique lo contrario, las negritas, itálicas, y subrayados son de la Editora. El sentido de (…) y de… es indicar que se ha condensado el original. Los comentarios entre [] son de la Editora. Nuestros blogs son posibles por los servicios gratuitos de diferentes empresas internacionales de comunicación, los Alertas de Google, I. y Ciencia, más otros medios de información confiables. Gracias. 

free counters