jueves, 5 de enero de 2017

274. Cuento.

   
Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre.

Un día el rey lo mandó a llamar. Paje -le dijo- ¿cuál es el secreto? ¿Qué secreto, Majestad? ¿Cuál es el secreto de tu alegría? No hay ningún secreto, Alteza. No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira. No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto. ¿Por qué estás siempre alegre y feliz? ¿Eh? Porque, Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿cómo no estar feliz?

Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar -dijo el rey-. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado. Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando… Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo!

El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada, alimentándose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.

¿Por qué él es feliz? Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo. ¿Fuera del círculo? Así es. ¿Y eso es lo que lo hace feliz? No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz. A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz. Así es. ¿Y cómo salió? ¡Nunca entró! ¿Qué círculo es ese? El círculo del 99. Verdaderamente, no te entiendo nada -dijo el Rey-. La única manera para que entiendas, sería mostrártelo en los hechos.

¿Cómo? Haciendo entrar a tu paje en el círculo. Eso, ¡obliguémoslo a entrar! No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el círculo. Entonces habrá que engañarlo. No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, él entrará solo en el círculo. ¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad? Si, se dará cuenta. Entonces no entrará. No lo podrá evitar. ¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?

Tal cual. Majestad, ¿estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo? Sí. Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. ¡99! ¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso? Nada más que la bolsa de cuero, Majestad, hasta la noche. Hasta la noche.

Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: “Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste”.

Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde detrás de unas matas lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados de la puerta y entró a su hogar.

El rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena. El sirviente ingresó presuroso a su hogar y con su brazo arrojó al piso todo lo que había sobre la mesa, dejando sólo la vela. Se sentó y vació el contenido de la bolsa… Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡Era una montaña de monedas de oro! Él, que nunca había tocado una de estas monedas, tenía hoy una montaña de ellas. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacía brillar a la luz de la vela, las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis…. y mientras sumaba 10, 20, 30, 40, 50, 60… hasta que formó la última pila: ¡9 monedas!

Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa. «No puede ser», pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja. Me robaron -gritó- ¡me robaron!

Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro “sólo 99”. -99 monedas es mucho dinero- pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo -pensaba- Cien es un número completo pero noventa y nueve, no.

El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los dientes. El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos. ¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien?

Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico.

Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. «Doce años es mucho tiempo», pensó. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello. Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero. ¡Era demasiado tiempo!

Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender… vender… vender… Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.

El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99…
Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas. ¿Qué te pasa?- preguntó el rey de buen modo. Nada me pasa, nada me pasa. Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo. Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también? No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente.

Hemos sido educados en esta estúpida ambición. Siempre nos falta algo para estar completos, y sólo completos se puede gozar de lo que se tiene.

Pero, ¿Qué pasaría si la lucidez llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro? ¿Cuántas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros?


LAS RECETAS DE LA ABUELA.
La gastronomía de Cuba es una fusión de las costumbres taína, la cocina española, africana y caribeña. Las recetas cubanas comparten las sabidurías de la combinación entre las especias y las técnicas heredadas o por los nativos taínos, y posteriormente combinadas de la cocina española y africana, con unas ciertas influencias caribeñas en especias y sabores. Existen influencias de los esclavos africanos que cultivaban, la mayoría, en las plantaciones de caña de azúcar, a pesar de que, en la mayor parte de las ciudades, constituyeron la minoría.

Las plantaciones de tabaco fueron habitadas principalmente por los campesinos españoles pobres, sobre todo de las Canarias. La parte oriental de la Isla también recibió cantidades masivas de inmigrantes franceses, haitianos y del Caribe, principalmente durante la Revolución haitiana, así como los trabajadores estacionales para la cosecha de la caña de azúcar, sobre todo españoles, durante la década de 1,850. Esto implicó que la cocina cubana se convirtiera en algo localmente tradicional. En las mesas cubanas se suele servir un plato muy exquisito y típico llamado flan de plátanos maduros.

A la llegada de los europeos, los nativos cosechaban tubérculos existentes tales como la yuca, y el boniato o batata. Otras plantas que formaban parte del conuco (campo cosechado en las villas indocubanas) eran a saber, el maíz, la calabaza y el quimbombó. Entre las frutas originarias de la isla se mencionan desde tiempos pretéritos, entre otras, la guayaba. Entre las especies es muy importante mencionar el ají, nombre de origen taíno con el cual se le llaman en Cuba a los pimientos, ya sean dulces o picantes. La lista más amplia se encuentra dentro de los cárnicos, ya que era muy usual el consumo de especies marinas como tiburones, lisas, manjuaríes, careyes, kawamas (caguamas), Cobos,- caracoles grandes-, rabirrubias y chernas. Especies de agua dulce como la jicotea y biajaca, así como gran cantidad de aves y reptiles de gran tamaño como las iguanas y el cocodrilo cubano.

Los colonizadores españoles adoptaron todos los elementos descritos, subsistiendo hasta hoy en día platos antiguos como el casabe y el ajiaco. Posteriormente integraron a la dieta cubana las legumbres, el arroz, y los cítricos tales como naranjas y limones así como el ganado vacuno y porcino.
Los esclavos africanos incorporaron alimentos africanos como el ñame (una especie de tubérculo)… Fuente: es.wikipedia.org

Paletilla de cerdo al horno.

 
Ingredientes: (4 raciones)
1½ kg = 3 lb de paletilla de cerdo.
Aceite de girasol y sal al gusto.

Procedimiento:
1.-Realizar unos cortes en rejilla sobre la paletilla de cerdo.

2.-Espolvorear la paletilla con un poco de sal y regar con un hilo de aceite.

3.-Hornear a 220ºC = 430ºF durante 15 minutos para que la piel quede crujiente.

4.-Volver a hornear a 175ºC = 350ºF durante 1 hora y media y listo.

Nota Nosotros, en Cuba, preparamos un mojo o aliño con ajo, perejil cebolla, orégano y limón, para ponerlo por encima, antes de cocerlo, manteniendo la carne de cerdo en ese adobo desde la noche anterior. La sal al final, para que no reseque la carne. Todo ello, en nuestro criterio, le da más sabor. Es cuestión de gustos, la Editora.

DEL HOGAR Y ALGO MÁS…
El quimbombó, quingombó, o Abelmoschus esculentus, es una fanerógama tropical de fruto comestible, originaria de África y perteneciente a la familia de las malváceas. En México se le llama también abelmosco. (1)

El vocablo quingombó, de procedencia también africana… en la lengua Bantú de Angola, se extendió y deformó en muchas regiones: Rusia, tal cual o como “Gombo”, Portugal y Brasil (“quiabo”), parte de EE.UU., Francia, Holanda, Caribe hispano con “quimbombó”… (Venezuela, (3), Cuba, Puerto Rico,... Las semillas maduras, tostadas, pueden utilizarse para preparar un sucedáneo del café, como se hace en Nicoya. El fruto contiene una sustancia mucilaginosa (de textura gelatinosa) útil para espesar sopas y ragús. Se recomienda elegir gombo (frutos) bien coloreados de menos de 10 cm de largo para que no estén demasiado duros. El gombo se come crudo o cocido y forma parte de los múltiples platos creoles. Foto: Imgrum

Se combina bien con el tomate, la cebolla, el pimiento, el ñame, así como con el curry, el cilantro, el orégano, el limón y el vinagre. Es una verdura frágil, que se conserva de dos a tres días en el frigorífico en una bolsa de papel. A veces olvidado en los restaurantes de Europa, no ocurre lo mismo en América y Oriente, donde su consumo es masivo. Con salsa de tomate, es un plato exquisito.

Dada su rica producción de mucílago, es emoliente y pectoral. Para tratar la angina y las afecciones de garganta, un remedio es poner a remojo sus hojas durante una noche en agua hervida conteniendo su mucílago para hacer gargarismos.

Para curar el ántrax (no confundir con el carbunco), puede utilizarse en cataplasmas y, contra el resfriado y la tos, en infusión. Para tratar las infecciones por estafilococos en las uñas pueden utilizarse, asimismo, cataplasmas con sus hojas y raíces. Texto: es.wikipedia.org

INFORMACIONES ÚTILES PARA MEJORAR NUESTRA SALUD:
El alcohol podría aumentar riesgo de cáncer de próstata Mientras más bebían los hombres, más potente era la asociación, encontró un estudio.

Su receta para una temporada de fiestas saludable y deliciosa Las frutas, las verduras y las porciones razonables son clave, según los expertos.

Niños en edad preescolar consumen más refrigerios tras ver anuncios en televisión Sucedió incluso con niños que no tenían hambre, encontraron los investigadores.

¿Ayuda realmente al corazón beber un poco de alcohol a diario? Un estudio no halló evidencias de que la ingesta moderada mantenga las arterias limpias. Los vínculos son de HealthDay, si no se especifica otra fuente.

POESÍA.
Imagen de
www.pinterest.com


PARA REFRESCAR.
El vínculo los lleva a un ilusionista que fue retado a demostrar de lo que era capaz en cinco minutos. ¡Increíble! Colaboración de Luis Z.

And The Waltz Goes On es un vals compuesto por Sir Anthony Hopkins e interpretado por André Rieu y la Johann Strauss Orchestra. Una colaboración de Albert L.

Este vídeo en alta definición de la BBC se titula: “Nuestro maravilloso mundo”. Merece la pena verlo. Colaboración de Nelson L.

Si este blog ha sido de su agrado recomiéndelo a sus amigos. Gracias. Yskra y Romel.

Aviso: mangoconarroz y mangoconarrozdos pasan a ser publicaciones quincenales. La segunda y cuarta semana de cada mes mangoconarroz mientras mangoconarrozdos la primera y tercera semana. Los formatos se mantienen, ampliando un tanto el espacio. Pedimos su criterio. Gracias y Feliz Año. Los Editores.

El blog http://www.mangoconarrozdos.blogspot.com.es se hace sin ánimo de lucro. No percibimos ingresos por él. Sólo lo creamos para intentar brindarle información y entretenimiento, del cual disfrutamos los Editores. Por razones de espacio algunos textos han sido resumidos. Si desea leer completo el tema, debe ir al vínculo al pie del texto. Han sido preservados los datos esenciales. Salvo que se especifique lo contrario, las negritas, itálicas, y subrayados son del Editor. El sentido de (…) y de… es indicar que se ha condensado el original. Los comentarios entre [ ] son del Editor. Nuestros blogs son posibles por los servicios gratuitos de diferentes empresas internacionales de comunicación y los Alertas de Google. Gracias.

 free counters

No hay comentarios:

Publicar un comentario