miércoles, 11 de octubre de 2017

292. Personajes Actuales.

Elena Barraquer: Médico. “Nunca me ha pesado el apellido.” Por Andrés Guerra.
Pertenece a la cuarta generación de una de las sagas de oftalmólogos más importantes del mundo. Una profesión con la que se siente realizada y que le permite realizar una labor social maravillosa.

(…) Su clínica es una referencia internacional en la que adinerados jeques árabes se codean (sic) con parados. Todos son atendidos.

Su niña mimada es la Fundación Barraquer, que creó su padre vendiendo el penúltimo Mercedes-Benz 540K, regalo de un príncipe egipcio y del que sólo se fabricaron tres. Hoy su equipo opera alrededor de 3 mil personas al año en países del Tercer Mundo. Lo hace porque disfruta ayudando a los demás. Y Elena, que opera cantando 'rock', es una mujer a quien le encanta disfrutar.

(…) P. Un rey, un premio Nobel, un presidente, ¿cambian ante un médico? ¿Se vuelven frágiles? E. Hay de todo. Personas muy famosas que son divos y otros que son tan normales como cualquiera. Y gente muy sencilla que, en ocasiones de estrés, se crece. No veo mucha diferencia entre las clases sociales; sí en tener o no educación. Y eso no depende de la clase social.

P. …, su padre falleció a finales de agosto pasado. ¿Cómo lo recuerda? E. Como un buen padre. Me parezco mucho a él y a mi madre. Algunas buenas amistades me lo recuerdan con ciertos gestos. Yo misma lo noto. Cuando recibí el premio CODESPA, dije: "Como hubiese dicho mi padre, es algo que nos empuja a seguir por el campo de la superación con paz, seguridad y amor", una de sus frases favoritas. Lo echamos de menos.

P. Y de su abuelo Ignacio heredó la pasión por los animales. E. Él tenía un pequeño zoo en esta terraza en el que había un puma, dos chimpancés, muchas aves… Antes no teníamos las técnicas actuales para captar la agudeza visual, así que, cuando mi abuelo tenía dudas sobre si certificar o no la incapacidad de un paciente, pasaba consulta con el puma. Si el cliente se sobresaltaba, ¡es que veía más de lo que decía!

P. Ser la cuarta, con su hermano Rafael, de la más prestigiosa saga de la oftalmología en Europa, ¿es un orgullo o un peso? E. Nunca ha sido un peso. Cuando decidí estudiar Medicina y hacerme oftalmólogo, las mujeres éramos un 25 % en las facultades. La responsabilidad caía sobre mi hermano y pocos esperaban que fuese a trabajar como médico. Muchas amigas de mi generación estudiaron una carrera que nunca ejercieron. Nunca fue un peso, siempre me sentí libre de hacer lo que desease.

P. ¿Estaba casi destinada a ser oftalmóloga? E. Siempre he disfrutado de todo lo que hago. Creo que es una actitud. [¿aptitud?] Mi hermana, Mariana, también creció en la clínica con nosotros pero ella es pintora. (…)

P. (…) ¿Fue difícil adaptarse a la mentalidad norteamericana? E. … Soy muy adaptable y me encanta viajar y conocer cosas nuevas; me encantó la experiencia. Mi padre estaba en un congreso y el director del National Eye le ofreció una beca para estudiantes extranjeros y no me lo pensé. Aunque al principio me pasó alguna cosa con el inglés que… (Risas).

P. ¡Cuénteme! E. En inglés hay muchas palabras con doble sentido, por ejemplo, to screw, que es atornillar y, también, acostarse con alguien. Yo venía de estudiar francés, así que cursé un intensivo de dos semanas nada más llegar. Cuando comencé la universidad aun tenía lagunas, claro. Un día compré unas estanterías para mi nuevo apartamento y esa noche me quedé colocándolas hasta las tantas. Dormí poco. Al día siguiente, en el laboratorio, me preguntaron qué me pasaba y contesté que me había pasado toda la noche “screwing”. ¡No veas las risas! Y yo repuse "¿No me creéis? ¡64 screws!". Y como las risas no cesaban y yo no entendía nada, acabé de arreglarlo: "¡Mirad, mirad, si hasta tengo callos en las manos!" (Risas). Me hice muy popular.

(…) P. (…) En 2,015 viajaron a Bangladés, República Dominicana y 15 países de África para operar a pacientes sin recursos. ¿Cómo son esas agotadoras jornadas de cirugía intensiva? E. No son agotadoras. Agota o fastidia cuando no hay pacientes para operar, cuando los encargados –autoridades de mando intermedio– no han sabido hacer el trámite y no tienes los 50 pacientes diarios que esperas. No viajas allí, con el gasto que implica, dejando de atender a pacientes en Barcelona, para operar solo a diez o 20 pacientes. A esas personas les devuelves la vista y, a veces, la vida, naturalmente, pero duele pensar que podrían haber sido muchos más. Hoy nuestra Fundación opera en esos viajes de 2.500 a 3.000 cataratas, más que muchas clínicas privadas de España.

P. ¿Ha pensado alguna vez si el … ejemplo de sus antecesores la empujó a hacer algo …. como trabajar en el tercer mundo con su Fundación? E. Probablemente. No creo que para demostrar nada, ojo, porque mi primer viaje fue casi por casualidad: la ONG SOS Infancia quería un oftalmólogo para visitar a unos niños en el sur de Senegal. Allí comprobé la necesidad que había y lo demás vino rodado. No busqué algo diferente, pero me enganchó y me encanta. En Barcelona disfruto operando, pero si yo tengo fiebre y me quedo en cama, los pacientes no quedan desatendidos. Nos los repartimos con los demás doctores. Allí sé que soy su única posibilidad para que puedan ver.

P. ¿Cómo son sus pacientes de esos países africanos? E. Los subsaharianos son distintos a los marroquíes y argelinos, que al ser mediterráneos son más expresivos. En Senegal también lo son, te están dando las gracias efusivamente antes de destaparles el ojo. En la isla de Ivo, en Mozambique, me llamaban “la gran diosa blanca que devuelve luz”.

P. Pero nunca se lo ha creído, ¿no? E. ¡No, por Dios! Es solo que he tenido la suerte de tener estas manos y haber aprendido un oficio con el que puedo ayudar a la gente. Tengo vocación de médico: mira, en la cínica para este jueves tengo programadas 23 cataratas. Me encanta trabajar y ayudar. Sobre todo cuando son niños. Y en África nos necesitan mucho.

P. ¿Qué supone operar a un niño? E. Quizá te da más satisfacción porque tienen toda una vida por delante y les facilitas que puedan ir al colegio, aprender a leer y conseguir algo para su futuro, que ya lo tienen bastante crudo. Hace un par de años tuvimos una paciente de 15 años en Angola que, además de cataratas, era hipermétrope. La operamos de ambos ojos ¡y cómo corría por los pasillos de la clínica! Un niño de Bangladés al que devolvimos la vista no sabía que haría en cuanto saliera del hospital. Ni siquiera tenía amigos, porque no podía salir de casa: si no ves, según en qué país, te puedes caer a una zanja e incluso comerte un animal salvaje. O atropellarte un coche, como nos pasó en Dakar. Era un viernes por la tarde, el anestesista llamó a su casa para informar de los trámites del visado –en casos muy complicados nos traemos al paciente– y la familia pensaba que estaba con nosotros. Nunca llegó a casa; la había atropellado un coche saliendo del hospital.

P. ¿Qué tipo de dolencia es la más frecuente? E. Estamos especializados en cataratas. También hay mucho glaucoma en África, pero este necesita un seguimiento más estricto y difícil de llevar. La malnutrición y la fuerte luz solar aumentan los casos. Y además, no hay tecnología ni oftalmólogos. Hace dos años en Mozambique había cinco para todo el país. En estos dos años nos hemos encargado de entrenar a tres MIR de último año, ahora hay alguno más.

P. Su abuelo Ignacio dejó dicho: «Que ningún paciente quede desatendido por no tener dinero». ¿En qué consistía ese mandato? E. Mi abuelo creó un servicio de dispensario en 1,941. Él atendía en el hospital de San Pablo y tenía su clínica. Como no quería que ningún paciente quedase desatendido, en aquella época había literalmente dos puertas: la de consulta privada y la de dispensario u obra social. Si una persona tenía que operarse y no disponía de recursos, debía traer un "certificado de pobreza" y con eso accedían a los mismos servicios que quien venía de Arabia Saudí cargado de petróleo.

P. ¿Funciona hoy este servicio? E. Sí, sí, desde luego. A través del dispensario llegan personas humildes y el paciente solo se hace cargo del coste de material, instrumentista, anestesista y quirófano. El oftalmólogo no cobra. Y si aun así no llegan a poder pagar este precio, nuestro asistente social estudia si la Fundación les financia toda la operación. No conozco ninguna otra clínica privada en Europa que ofrezca este servicio.

(…) P. Tiene dos hijos: Rodrigo y Stefano. El primero es productor musical y ‘Dj’; el segundo iba para médico pero… E. …Stefano dejó la Medicina, ¡pero está muy contento! No era la suyo; … ahora estudia Periodismo. También hace de DJ con un tipo de música distinta a la que le gusta a su hermano. Para Rodrigo, la música es su pasión: compone, va a clases y pincha.

P. Se ha divorciado dos veces. ¿Cuesta aguantar su ritmo? E. Es posible (risas). Yo reconozco que no soy fácil. Tengo mucho carácter, necesito mi espacio y soy tremendamente independiente. Pero estoy muy contenta sola, tengo muchos amigos y mucha gente que me quiere. No pocos días escojo quedarme en casa sola y tranquila para desconectar.

P. Y desconecta con... E. Viendo películas con mis hijos, jugando en el pad [¿Ipad?], al trivial, paseando con mi perro, comiendo sushi y leyendo novelas. Ojo, nada espeso sino de evasión; por ejemplo, 50 sombras de Grey, aunque los leí en diagonal (risas). Y me encanta la música. Cuando opero, pongo mi lista de Spotify con rock y canto a mis pacientes. A ellos también les gusta. Se relajan más.

LAS RECETAS DE LA ABUELA.
La gastronomía de Cataluña (España) forma parte de la dieta mediterránea e incluye gran variedad de productos del mar, de la montaña y de la huerta. La cocina catalana ha aportado todo un grupo de platos que ya son conocidos en distintos lugares del mundo.

El alioli (del catalán all-i-oli que significa “ajo y aceite”), el sofrito y el romesco son las salsas más características que se utilizan en la cocina catalana. El romesco consiste en una mezcla de tomate, pimientos de romesco, ajo asado, perejil, almendras, avellanas, piñones y pan que se añade a distintos guisos.

En Cataluña el pescado suele ser de agua salada, abundando las recetas con rape, mero y otros pescados que aguantan las largas cocciones de los suquets [cazuela o marmita] y sopas de pescado, a veces con arroz. Los pescados de roca (como el rape y el cabrachoescórpora) son muy apreciados. Otros pescados blancos que también se comen son el gallo, el lenguado o la merluza. El pescado azul es especialmente popular, en especial las anchoas, las sardinas (sobre todo las más pequeñas), la caballa y el atún. Tampoco puede faltar el bacalao desalado.

El pescado en filetes suele comerse frito, pasado por harina y a veces huevo, o a la plancha. También en cazuelas de barro con hortalizas y normalmente un sofrito y una picada*. Las sopas de pescado son frecuentes y variadas. Al horno suele prepararse en panadera (con rodajas de patata y tomate). [*La picada es una de las bases esenciales y particulares de la cocina catalana. No es una salsa autónoma como el alioli o el romesco sino más bien una técnica culinaria que consiste en picar ciertos ingredientes en un mortero para añadirlos a la cocción del plato o salsa que se quiere condimentar. Sirve para acabar de ligar una salsa o el jugo y dar un toque final siempre mejor a recetas de todo tipo. es.wikipedia.org]

Receta de: Suquet de peix:


Ingredientes:
12 patatas nuevas pequeñas.
250 gr ≈ 1 vaso de rape.
8 gambas (Crustáceo semejante al langostino, pero algo menor) rojas. (Palamós, Denia,...)
Caldo de pescado o de marisco.
1 cebolla mediana.
1 pimiento rojo pequeño.
2 dientes de ajo.
Perejil.
Sal al gusto.

Para la picada:
50 gr de almendras tostadas.
2 rebanadas de pan, perejil.
2 ajos, unas hebras de azafrán.
Sal y pimienta al gusto, aceite de oliva.

Preparación:
1. En una cazuela con aceite de oliva, sofreímos todos los ingredientes de la picada durante 2-3 minutos hasta que se doren. Los pasamos a un mortero, machacando hasta obtener una pasta. Reservamos

2. En el aceite utilizado para este sofrito, añadimos la cebolla cortada fina, cuando empiece a dorarse añadimos los tomates pelados y también cortados finos. Lo dejamos sofreír unos 3-4 minutos. A este sofrito, le añadimos el caldo de pescado o el agua. Removemos y añadimos las patatas peladas y cortadas en rodajas de ≈ medio centímetro. Pasados unos minutos, a la picada que hemos reservado en el mortero, se le añade un poco de caldo para trabajarla un poco más y la incorporamos.

3. Cuando las patatas estén a medio hacer, se añaden los pescados, bien en rodajas o cortados por el lomo. Cuando estén casi listos se añaden, por último, las gambas. Se comprueba el punto de sal. Se deja reposar y se sirve bien en la misma cazuela o en platos individuales.

DEL HOGAR Y ALGO MÁS…

La equinácea es una planta que tiene la capacidad de reforzar el sistema inmunitario.

Sin duda, el uso más frecuente de la equinácea, y por el que es más conocida, es para reducir los síntomas del resfriado común. Esto se debe a sus dos principales propiedades: 1) su capacidad para reforzar y potenciar el sistema inmunitario–, es un antibiótico natural capaz de activar nuestra producción de leucocitos-, y 2) como antiinflamatorio.

Está demostrado [cita requerida] que la equinácea contribuye a disminuir la fiebre, la mucosidad y la tos asociadas no sólo al resfriado sino también a otras enfermedades del sistema respiratorio, facilitando y acelerando con ello el proceso de recuperación, y aunque en cierta medida contribuye a su prevención, los estudios médicos no confirman de forma definitiva que tomándola de forma previa podamos evitar dichas patologías, aunque sí minimizar sus efectos.

… no sólo se emplea para las enfermedades del aparato respiratorio (sinusitis, bronquitis, faringitis…), sino que esta planta también tiene otras aplicaciones – en su mayoría relacionadas con los procesos infecciosos, ya que actúa como bloqueador de la acción de virus y bacterias–, como son:

Infecciones vaginales, genitales o sífilis. De hecho, esta última enfermedad fue una de las primeras aplicaciones médicas de la equinácea; dolores de garganta e inflamación de amígdalas; Malaria; difteria; enfermedades del aparato circulatorio, como el reumatismo o la septicemia; infecciones de oído; Migrañas; infecciones de encías; orzuelos; Indigestión; infecciones del tracto urinario.

La equinácea también está recomendada en aquellos casos de pacientes a los que se les haya diagnosticado un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), así como el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) o incluso en personas con cáncer, debido a su capacidad antiinflamatoria y de reforzamiento del sistema inmune, ya mencionadas.

Además de estas propiedades anteriormente descritas y por tratarse de un potente cicatrizante, también puede aplicarse de forma tópica para tratar diferentes infecciones y patologías en la epidermis, que pueden ser desde heridas, quemaduras y eccemas hasta la psoriasis, pasando por el herpes, las picaduras, furúnculos, hemorroides o los abscesos, entre otros.


INFORMACIONES ÚTILES PARA MEJORAR NUESTRA SALUD:
¿Por qué aparece la pancita de mediana edad? Fuente: Institutos Nacionales de la Salud -

Ostras y la vibriosis Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

¿Por qué una soda con una hamburguesa engordan tanto? Las bebidas ricas en azúcar en combinación con la proteína hacen que el cuerpo almacene grasa adicional, encuentra un estudio.

No todos los alimentos de origen vegetal son iguales Un análisis encontró que solo las frutas, verduras y granos saludables protegían de la enfermedad cardiaca.

Una dieta saludable podría ayudar a proteger de la demencia Unos nuevos estudios sugieren que sí, comer bien podría mejorar la función del cerebro.

La lactancia reduce el riesgo de cáncer de mama de la madre También reduce el riesgo futuro de cáncer del niño, informa un instituto oncológico.

Consumir proteínas en las tres comidas podría ayudar a conservar la fuerza de las personas mayores Retrasa el declive muscular, sugieren unos investigadores canadienses. Los vínculos son de HealthDay, si no se especifica otra fuente.

POESÍA.

PARA REFRESCAR.







1. Ya no me escuchas: - Ya no me escuchas cuando te hablo Antonio.
- Lo que quieras cariño, una tortilla o lo que te venga bien, tampoco tengo mucha hambre.

2. Pastillas para el cansancio: En la farmacia: - ¿Tienen pastillas para el cansancio? - Están agotadas.

3. En la escena del crimen: - ¡Hola! John, soy de narcóticos. - Javier, yo soy más de cubatas [cubalibre] de toda la vida.

4. Dos noticias de Pepito: - Papá, tengo una buena y una mala noticia... - Empieza por la buena, dame una alegría anda... - ¡Los airbags de tu coche funcionan muy bien!

5. Despedida científica: - ¿Cómo se despiden los químicos? - Ácido un placer. Los chistes son de 1000chistes.com

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Próxima edición: 25 o 26 de octubre, si todo va bien.

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