martes, 22 de mayo de 2012

41. Las cuentas del Gran Capitán. Hecho histórico.

 “Gonzalo Fernández de Córdoba y Aguilar (Montilla, (Casa de Aguilar), 1 de septiembre de 1453Loja (Granada), 2 de diciembre de 1515) fue un noble, político y militar español, duque de Santángelo, Terranova, Andría, Montalto y Sessa, llamado por su excelencia en la guerra el Gran Capitán”. es.wikipedia.org

Retrato anónimo del Gran Capitán, tomado de biográfica.info

clip_image001Por José Antonio Molero Benavides. Málaga, 1946. Profesor de la Universidad de Málaga. Dirige la revista digital bimestral Gibralfaro.

Esta expresión es muy utilizaba por las gentes para referirse, de forma familiar y en sentido figurado, a las cuentas en donde figuran partidas[i] exorbitantes, o a aquellas que están hechas de modo arbitrario y sin la debida justificación. Así suele expresarse quien encomienda a otro una labor de cierta importancia sin presupuesto ni ajuste previo, sin más aval en la justeza de los gastos que la confianza de serle conocido o la buena opinión que pudiera facilitarle una tercera persona, y luego se encuentra con la sorpresa de que el costo resultante ha rebasado sospechosamente con creces lo que en un inicio se tenía estimado de manera aproximada[ii].

El dicho tiene como base histórica las tan discutidas cuentas que el general don Gonzalo Fernández de Córdoba (1453-1515), de sobrenombre “Gran Capitán”, presentó a los Reyes Católicos, después de haber conquistado para ellos Nápoles y Sicilia. La historia se desarrolló como sigue:

”Hasta que logró su unificación como país a mediados del siglo. XIX, la actual Italia era un mosaico de pequeños estados en continuas disensiones internas y sin capacidad defensiva. Aprovechando esta debilidad, el Reino de Aragón y la casa francesa de Anjou venían luchando desde el siglo XIII, disputándose la posesión de Nápoles y Sicilia, que habían constituido el llamado Reino Normando de las Dos Sicilias.

A finales del siglo XV, lo que en un principio era una rivalidad entre dos pequeños reinos, se convierte en problema y lucha, por el dominio de Italia, entre las dos potencias que, merced a sus políticas de unificación, habían constituido los reinos de España y Francia. Por esos años, los monarcas que se ven enfrentados son Fernando V de Aragón, casado de Isabel I de Castilla, y el rey francés Luis XII de Anjou.

El rey francés, tras haberse apoderado del Ducado de Milán, firmó con el Rey Católico el Tratado Secreto de Granada (1500), por el cual se repartían el Reino de las Dos Sicilias. Pero las desavenencias entre franceses y españoles, que se disputaban también algunos territorios centrales italianos, provocaron la guerra entre ambos países.

España puso al mando de sus tropas al Gran Capitán, quien, tras una lucha encarnizada, logró de manera consecutiva las victorias de Seminarata, Ceriñola y Garellano (1503), dando la victoria a España.

El Reino de las Dos Sicilias pasó a formar parte de los dominios españoles, hasta los Tratados de Utrecht y Rastatt (1713 y 1714, respectivamente), que ponían fin a la Guerra de Sucesión española y sentaban a la casa de Borbón en el trono de España.

Concluida la campaña de Italia, los Reyes Católicos exigieron cuentas a su general, quizás imprudentemente y de forma inconveniente, y, aunque éste las rindió, es de suponer que González de Córdoba hubo de sentirse molesto por las maneras como se las habían exigido.

clip_image002De todas las partidas que el Gran Capitán presentó a sus Reyes, las más conocidas y repetidas de todos son las siguientes:

-Doscientos mil setecientos treinta y seis ducados y nueve reales en frailes, monjas y pobres, para que rogasen a Dios por la prosperidad de las armas españolas.

- Diez mil ducados en pólvora y balas.

- Cien millones en palas, picos y azadones, para enterrar a los muertos del adversario.

- Cien mil ducados en guantes perfumados para preservar a las tropas del mal olor de los cadáveres de sus enemigos tendidos en el campo de batalla.

- Cincuenta mil ducados en aguardiente para las tropas, en días de combate.

- Ciento sesenta mil ducados en poner y renovar campanas destruidas por el uso continúo de repicar todos los días por nuevas victorias conseguidas sobre el enemigo.

- Millón y medio de ducados para mantener prisioneros y heridos.

- Un millón en misas de gracia y tedeums al Todopoderoso.

- Tres millones de ducados en sufragios por los muertos.

- Siete mil cuatrocientos noventa y cuatro ducados en espías y escuchas.

- Cien millones por mi paciencia en escuchar ayer que el Rey pedía cuentas al que le había regalado un reino”.

- Con respecto a la autenticidad de estas cuentas, Manuel José Quintana y Modesto Lafuente sostuvieron la autenticidad del hecho. Otros creen que son apócrifas y que su lenguaje no corresponde al que se usaba en tiempos de los Reyes Católicos, sino al de un siglo más tarde.

Dicen que hubo, efectivamente, unas cuentas que rindió el Gran Capitán y que se tuvieron por excesivas, dando origen a la expresión proverbial. Pero, a su vez, afirman que las cuentas que corren por los libros como dados, por el Gran Capitán son falsas.

En El Averiguador Universal (tomo IV, pp. 227 a 258, correspondientes a los números 87 y 89 de 1882), aparecieron dos trabajos acerca de esto. En el segundo de ellos, un comunicante, que sólo firma con las abreviaturas J. C. G., cita, en apoyo de la autenticidad de las famosas cuentas, el testimonio de la Historia General del Mundo, del obispo italiano Paulo Jovio, personaje casi contemporáneo del Gran Capitán, en cuya obra, después de referir la llegada a Nápoles del Rey Católico, podemos leer lo siguiente:

“En estos días, pusiéronle demanda [a Gonzalo Fernández de Córdoba], diciendo que diese cuentas de lo que había gastado en la guerra y de las rentas que habían entrado en su poder, porque, vistos los libros de lo recibido y gastado, había gran diferencia de lo uno a lo otro. Él dijo, severa y graciosamente:

“Yo os mostraré un cartapacio mío más verdadero que todos esos libros públicos, y veréis que he gastado más de lo que he recibido; y yo os juro que por pleito lo tengo de cobrar”. Y otro día sacó un libro pequeño con un título muy autorizado, y, abriendo la primera hoja, decía encima: “Cuenta del gasto”, y luego un partido decía: Di a pobres y monjas y abades de buena vida doscientos mil y setecientos y treinta y seis ducados, y nueve reales, porque rogasen a Dios que nos diese victoria. Y luego, el segundo partido decía: Di seiscientos mil y cuatrocientos y noventa y cuatro ducados a las espías por cuyo aviso se ganaron muchas victorias, y el señorío del Reino, y díselos secreto de mi mano a la suya”. Mandó el rey que no se hablase más de ello, y ratificando todo lo que había hecho, determinó traerlo consigo a España».

Hasta aquí la cita de J. C. G., quien afirma haberse servido de una traducción española de la obra de Paulo Jovio que hizo posteriormente, en 1566, Gaspar de Baeza (1ª parte, folio 68, edición de Granada). No hay más datos históricos que avalen la veracidad de lo que bien podría ser tan sólo una anecdótica falacia[iii]”. Fuente: gibralfaro.uma.es

Tan importante como la anécdota y los méritos guerreros de Fernández de Córdoba, es el hecho que, como otros grandes jefes militares, supo modificar la estructura castrense[iv] y adecuarla a los cambios técnicos de su época. Para no extendernos, leamos:

“La reforma militar del Gran Capitán:

clip_image003clip_image004 Estatua del Gran Capitán en Madrid (M. Oms, 1883).

La combinación de las operaciones de combate permitió a Gonzalo Fernández de Córdoba, en el transcurso de las guerras de Italia, introducir varias reformas sucesivas en el ejército español, que desembocaron en el Tercio. La primera reorganización fue en 1503. Gonzalo creó la división con dos coronelías de 6.000 infantes cada una, 800 hombres de armas[v], 800 caballos ligeros y 22 cañones. El general tenía en sus manos todos los medios para llevar el combate hasta la decisión. Gonzalo de Córdoba dio el predominio a la infantería, que es capaz de maniobrar en toda clase de terrenos. Dobló la proporción de arcabuceros, uno por cada cinco infantes, y armó con espadas cortas y lanzas arrojadizas a dos infantes de cada cinco, encargados de deslizarse entre las largas picas de los batallones de esguízaros suizos y lansquenetes y herir al adversario en el vientre.

Puso en práctica, además, un escalonamiento en profundidad, en tres líneas sucesivas, para tener una reserva y una posibilidad suplementaria de maniobra. Gonzalo Fernández de Córdoba facilitó el paso de la columna de viaje al orden de combate fraccionando los batallones en compañías, cada una de las cuales se colocaba a la altura y a la derecha de la que le precedía, con lo que se lograba fácilmente la formación de combate. Adiestró a sus hombres mediante una disciplina rigurosa y formó su moral despertando en ellos el orgullo de cuerpo, la dignidad personal, el sentido del honor nacional y el interés religioso. Hizo de la infantería española aquel ejército formidable del que decían los franceses después de haber luchado contra él, que “no habían combatido con hombres sino con diablos”. es.wikipedia.org

LAS RECETAS DE LA ABUELA.

clip_image005clip_image004[1]Fuente: es.wikipedia.org

Buñuelo: es una masa de harina que se fríe en abundante aceite. La masa de harina puede mezclarse con agua, leche, huevo o levadura. Pueden llevar un relleno dulce o salado, por ejemplo manzana o pescado.

Es una preparación de la comida mediterránea muy antigua[1]

En algunos países de Latinoamérica, como Colombia, Cuba, Ecuador y México, los buñuelos forman parte de la cena de Navidad, junto a las natillas.

En Colombia, por ejemplo, se suele juntar una medida de queso fresco molido, huevos, harina de maíz (o maicena) con un poco de almidón y azúcar. Mezclando todos esos ingredientes se fríen hasta dorarlos.

En Cuba es costumbre confeccionarlos con la masa de la yuca (tubérculo muy utilizado en África y las Antillas). Son dulces típicos en celebraciones señaladas, como el Día de Todos los Santos, Pascua o las Fallas de Valencia (España).

Hay un tipo de buñuelos, en forma de bola y especialmente ligeros, que se llaman buñuelos de viento, por su ligereza y porque suelen tener grandes burbujas de aire en su interior. Es habitual aprovechar el hueco interior para rellenarlos de crema, en cuyo caso se llaman buñuelos de crema. Otros buñuelos sin crema son, por ejemplo, los buñuelos del Ampurdán, que tienen forma de anillo.

En Cataluña, Valencia y las islas Baleares hay muchos tipos de buñuelos dulces asociados a diferentes fiestas, algunos pueden incluir en su masa patata (papa), boniato (batata, patata dulce), queso, higos secos, etc.

En otras regiones españolas se hacen porras y churros además de buñuelos. Otra pasta frita típica de Pascua en España son las flores.

Además de estos buñuelos dulces, en la península ibérica es muy frecuente hacer buñuelos salados, los más frecuentes son los buñuelos de bacalao, aunque se pueden hacer de gambas u otros pescados, y los de verduras, típicamente de berenjena, de calabacín, etc.

Origen histórico: La primera sociedad que consumió buñuelos fue la morisca. Sus ciudadanos, gente de medios humildes, que habitaban los territorios del Sur de la península ibérica y ocupaban puestos de trabajo de baja categoría, desempeñaban también el oficio de vendedores ambulantes de buñuelos.

En Sevilla y Granada, eran postre típico los buñuelos fritos en aceite cubiertos de miel. Por otro lado, esta especialidad fue adoptada por los gitanos tras la expulsión morisca y perpetuada hasta la actualidad.

Como ya se mencionó, no solo se consumen buñuelos en España. En EE.UU. se le conocen como "orejas o lóbulos de elefante".

clip_image006clip_image004[2] Buñuelos con chocolate. En Cataluña, se consumen sobre todo durante la Cuaresma. Los más famosos son los de viento, los de crema y los del Ampurdàn (comarca de Cataluña). Se suelen comer como merienda o para acompañar el café después de comer.

En Valencia se concentra su mayor consumo en fiestas como las Fallas de Valencia, donde se elaboran los buñuelos de calabaza. En las islas Baleares, hay buñuelos dulces para diferentes fiestas del año (las Vírgenes, Todos los Santos, Cuaresma, etc.) y, según la ocasión, pueden contener patata o boniato, queso de Mahón, higos secos, etc.

En Madrid y Andalucía, se consumen con especial asiduidad durante la Semana Santa, es costumbre que las mujeres los preparen en las casas y los vendan o regalen a los vecinos, sobre todo en los pueblos o pedanías[vi].

En Argentina, los buñuelos son frutos de sartén, generalmente de forma redonda y muchas veces llamados coloquialmente "miñuelos", que además de ser hechos con harina pueden tener añadidos (por ejemplo coliflor rebozada con harina y frita, o trozos de manzana, etc.). En Argentina los buñuelos pueden ser parte del plato principal de un almuerzo o de una cena o... como postres en desayuno para -como las tortas fritas- acompañar un mate.

clip_image004[3]Buñuelos de maíz tierno de Colombia. En Colombia, los buñuelos hacen parte de la cena de Navidad con la natilla. En dicho país no es dulce; la mezcla para su preparación incluye queso fresco molido, huevos, harina de maíz (o maicena) con un poco de almidón. Se forman bolas con la mezcla y se fríen en abundante aceite caliente. Son comidos al desayuno y como comida rápida. En la Costa Caribe también existen buñuelos fritos de fríjol cabecita negra y de maíz tierno, de sabor dulce.

Los buñuelos tradicionales también se pueden encontrar en la gastronomía de México, donde su preparación incluye el uso de miel de piloncillo y canela. Por lo general, los buñuelos son favorecidos para la merienda. Los buñuelos azucarados comúnmente se ofrecen en Navidad, y raramente en festividades típicas mexicanas, fiesta.

También en México se pueden encontrar buñuelos comerciales que ya han sido pre empaquetados (...), y son mucho más pequeños que los buñuelos tradicionales, (...) los cuales ya han sido preparados para ser vendidos en las tiendas y supermercados; además, tienen una forma diferente, pues cada uno ha sido formado en molde dándole la apariencia de rueda. También son azucarados.

En Panamá a los buñuelos se les llaman "torrejas" o "torrejitas" (dependiendo de su tamaño) y son generalmente hechas de maíz nuevo, se pueden comer fritas. Normalmente más como un desayuno o un bocadillo. Culturalmente son muy populares y consumidas en fiestas patronales o ferias en el interior del país.

El buñuelo tenía la gracia de ser considerado en los villancicos navideños como preferido del infante divino: “Niño Manuelito, ¿qué querís comer?” dizque le preguntaban los cantores, y éste respondía: “Buñuelitos fritos envueltos en miel.”

En Venezuela se usan una variedad de componentes en su elaboración, siendo los más comunes los buñuelos de arracacha, apio, yuca y calabaza o auyama.

Se hierven los ingredientes hasta que ablanden, se le puede agregar harina para mayor consistencia, huevos dependiendo de la cantidad de verdura, sal al gusto, se forman bolitas de unos 4 a 5 cm y se fríen en abundante aceite. En paralelo se prepara un melado de azúcar o preferiblemente de papelón (¿?), pero la mayoría lo acompaña con miel.

También consisten en una pasta de harina mezclada con huevo, leche y levadura, que se fríe en abundante aceite y puede ir acompañada de otros ingredientes. Hay distintas clases de buñuelos: de viento (sin ingredientes adicionales, con tan solo la masa), de bacalao, calabaza, manzana, piña, queso, yuca.

clip_image008Foto: teveomadrid.wordpress.com

La receta de La Abuela: Buñuelos dulces.

Ingredientes:

- 2 huevos.
- 125 ml de agua=1/8 lit.
- 50 g de mantequilla.
- 60 g de harina blanca.
- 1 pizca de sal.
- aceite abundante.

Preparación:

1- Se hierve el agua con la mantequilla cortada en trocitos. Se añade la sal y se incorpora la harina de golpe; se remueve sin parar hasta que la masa se pegue a las paredes del recipiente.

2- Ya fuera del fuego, se agregan los huevos procurando no echar el segundo hasta que el primero se haya mezclado totalmente con la masa.

3- En otro recipiente se calienta aceite abundante; con la ayuda de dos cucharillas se van añadiendo trocitos de masa en el aceite bien caliente y se dejan hasta que se hayan hinchado y dorado bien. Se sirven espolvoreados con azúcar, sal o aromatizados según el gusto personal.

DEL HOGAR, CIENCIA, MEDICINA Y ALGO MÁS…

clip_image010El mayor riesgo se vio con los niños sometidos a radiografías dentales panorámicas. Foto BBC.

Vinculan radiografías dentales con riesgo de tumor cerebral. BBC. La gente que se somete a radiografías dentales frecuentes tiene más riesgo de desarrollar tumores cerebrales, sugiere un estudio en EE.UU.

El mayor riesgo se vio con los niños sometidos a radiografías dentales panorámicas. La investigación, publicada en Cancer, la revista de la Sociedad Estadounidense de Cáncer, analizó los registros pacientes que habían sido diagnosticados con la forma más común de tumor cerebral, el meningioma.

Encontró que aquéllos que a lo largo de su vida habían sido sometidos a radiografías dentales anuales o más frecuentes mostraron el doble de riesgo de desarrollar el tumor, que por lo general es benigno.

Los meningiomas se presentan en las meninges, el tejido que recubre el cerebro y todo el sistema nervioso central. Son tumores que se desarrollan muy gradualmente y por lo general no causan síntomas.

Los estudios han demostrado que la radiación ionizante es el principal factor de riesgo del meningioma y se cree que el incremento de su incidencia se debe principalmente a que más gente se somete ahora a escáneres y rayos X, las fuentes artificiales más comunes de exposición a este tipo de radiación. Tal como señalan los investigadores, aunque las radiografías, incluidas las dentales, son muchas veces necesarias, el estudio revela que su uso debe ser moderado para evitar perjudicar a los pacientes.

Para analizar el vínculo, la doctora Elizabeth Claus y su equipo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale y el Hospital Brigham y de Mujeres en Boston, analizaron los registros de 1.433 pacientes diagnosticados con meningioma entre los 20 y 70 años de edad. Compararon los datos con los de 1.350 individuos sanos que tenían las mismas características pero que no habían sido diagnosticados con un tumor cerebral.

Encontraron que los pacientes con meningioma informaron haber tenido una forma de radiografía dental específica, llamada radiografía inter proximal (o de aleta mordida). Aquéllos que dijeron haber tenido una o más de estas radiografías dentales cada año mostraron casi dos veces más riesgo de desarrollar un meningioma que los individuos sanos. Pero el mayor riesgo de desarrollar un meningioma, dicen los investigadores, se vio entre los individuos que dijeron haber sido sometidos a una radiografía dental panorámica. Ésta es una imagen que se toma frente a la boca y muestra toda la dentadura en una sola toma.

Los que informaron haber tenido este análisis, en particular aquéllos que fueron sometidos antes de los 10 años de edad, tuvieron casi 5 veces más probabilidad de desarrollar un meningioma que los individuos sanos.

Entre las personas de más edad, aquellos que tuvieron una radiografía panorámica al año o con más frecuencia, tuvieron 3 veces más riesgo de desarrollar el tumor.

"Estos hallazgos sugieren que las radiografías dentales obtenidas con frecuencia a una edad joven pueden estar asociadas con un incremento en el riesgo de desarrollar este tipo común de tumor cerebral" afirma la doctora Claus.

"El estudio muestra que aunque los rayos X dentales son una herramienta importante para mantener una buena salud oral, los esfuerzos para moderar la exposición de esta forma de imágenes puede ser beneficiosa para algunos pacientes". La investigadora agrega que "es importante notar que las radiografías dentales realizadas hoy en día utilizan una dosis mucho más baja de radiación que en el pasado".

Los expertos subrayan, sin embargo, que el riesgo general de desarrollar este tipo de tumor sigue siendo muy pequeño. Los meningiomas afectan a dos o tres de cada 100.000 personas cada año.

PARA REFRESCAR.

Este vínculo lo llevará a una hermosa selección y recordación de las noches cubanas con Enrique Chía en “Eterna Cuba”. Además de la excelente pareja de bailarines, le trae una apretada síntesis de la época. Recordemos la Patria en ocasión del reciente 20 de Mayo, proclamación de la República de Cuba en igual fecha de 1902. Cubano o no, disfrutará viéndolo.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=vwK8c-5jIjo#at=2602

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Fuentes: BBC; D.R.A.E.; Google; es.wikipedia.org/wiki;

Colaboraciones y sugerencias a: soyyskra@facebook.com.

Por razones de espacio, algunos textos de las fuentes han sido resumidos. Si desea leer completo el tema, debe ir al original. Han sido preservados los datos esenciales. Salvo que se especifique lo contrario, las negritas, itálicas, y subrayados son de los editores. El sentido de (…) es indicar que se ha condensado el texto original. Los comentarios entre ( ) son del editor.


[i]Partida: 20. f. Cada uno de los artículos y cantidades parciales que contiene una cuenta. 4. adjetivo coloquial, informal. Cuba. Dicho de una persona: hambrienta (ǁ que tiene mucha hambre).

[ii] Como, por ejemplo, las cuentas finales de las obras en España. En especial las de un afamado arquitecto, que suelen ser tres o cuatro veces superiores a lo inicialmente presupuestado y aprobado.

[iii] falacia. (Del lat. fallacĭa). 1. f. Engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien.

[iv] castrense: (Del lat. castrensis, perteneciente al campamento).1. adj. Perteneciente o relativo al Ejército y al estado o profesión militar.

[v] “hombres de armas”. f. Hombre de armas, provisto de dos cabalgaduras, la una caballo bueno, y la otra mula, rocín o jaca, con que ciertos caballeros o escuderos, vasallos del rey, de un señor o de una comunidad, les servían en la guerra, disfrutando como remuneración de ello algunas tierras y ciertas franquicias. palabrasyvidas.com

[vi] pedanía: 1. f. Lugar anejo a un municipio y regido por un alcalde pedáneo (alcalde pedáneo): 1. m. El de barrio, designado para aldeas o partidos rurales en municipios dispersos. 2. m. El de un lugar o aldea que solo podía entender en negocios de escasa cuantía, castigar faltas leves y auxiliar en las causas graves al juez letrado.

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