“Edgar Allan Poe (Boston, EE.UU., 1809 – Baltimore, 1849) fue un escritor, poeta, crítico y periodista romántico1 estadounidense, generalmente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto, del cual fue uno de los primeros practicantes en su país. Fue renovador de la novela gótica, recordado especialmente por sus cuentos de terror. Considerado el inventor del relato detectivesco, contribuyó asimismo con varias obras al género emergente de la ciencia-ficción.2 Por otra parte, fue el primer escritor estadounidense de renombre que intentó hacer de la escritura su modus vivendi,… La figura del escritor, tanto como su obra, marcó profundamente la literatura de su país y puede decirse que de todo el mundo. Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa6 y, a través de ésta, en el surrealismo, pero su impronta llega mucho más lejos: son deudores suyos toda la literatura de fantasmas victoriana y, en mayor o menor medida, autores tan dispares e importantes como Charles Baudelaire, Fedor Dostoyevski,7 8 9 William Faulkner,10 Franz Kafka,9 H. P. Lovecraft, Ambrose Bierce, Guy de Maupassant, Thomas Mann,11 Jorge Luis Borges, Clemente Palma, Julio Cortázar, etc. El poeta nicaragüense Rubén Darío le dedicó un ensayo en su libro Los raros.” Fuente: extracto de es.wikipedia.org, Imagen: youtube.com
La obra que ofrecemos a vuestra consideración tiene, al menos, doble o triple dificultad en español: fue escrita en inglés, con su infinita posibilidad de juegos de palabra y sentido de ellas, además, como un poema, lo cual quiere decir que al trascribirla en prosa su ritmo original se pierde y la sonoridad de su discurso no la alcanzamos. Aunque fue publicada en 1845, hace más de 165 años, aún es imprescindible para todo lector internacional, cuánto más para un escritor o aspirante a ello. Tengan presente estas dificultades al leer el texto y disfruten de su sentido. Sin más, "El cuervo":
“UNA VEZ, al filo de una lúgubre media noche, mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido, inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia, cabeceando, casi dormido, se oyó de súbito un leve golpe, como si suavemente tocaran a la puerta de mi cuarto. “Es —dije musitando— un visitante tocando quedo a la puerta de mi cuarto. Eso es todo, y nada más.”
¡Ah! aquel lúcido recuerdo de un gélido diciembre; espectros de brasas moribundas reflejadas en el suelo; angustia del deseo del nuevo día; en vano encareciendo (alabando) a mis libros dieran tregua a mi dolor. Dolor por la pérdida de Leonora, la única, virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada. Aquí ya sin nombre, para siempre. Y el crujir triste, vago, escalofriante de la seda de las cortinas rojas me llenaba de fantásticos terrores jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie, acallando el latido de mi corazón, vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto queriendo entrar. Algún visitante que a deshora a mi cuarto quiere entrar. Eso es todo, y nada más.”
Ahora, mi ánimo cobraba bríos, y ya sin titubeos: “Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón imploro, mas el caso es que, adormilado cuando vinisteis a tocar quedamente, tan quedo vinisteis llamar a la puerta de mi cuarto, que apenas pude creer que os oía.” Y entonces abrí de par en par la puerta: Oscuridad, y nada más.
Escrutando hondo en aquella negrura permanecí largo rato, atónito, temeroso, dudando, soñando sueños que ningún mortal se haya atrevido jamás a soñar. Mas en el silencio insondable la quietud callaba, y la única palabra ahí proferida era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?” Lo pronuncié en un susurro, y el eco lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!” Apenas esto fue, y nada más.
Vuelto a mi cuarto, mi alma abrasándose dentro de mí, no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza. “Ciertamente —me dije—, ciertamente algo sucede en la reja de mi ventana. Dejad, pues, que vea lo que sucede allí, y así penetrar pueda en el misterio. Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio, y así penetrar pueda en el misterio.” ¡Es el viento, y nada más!
De un golpe abrí la puerta, y con suave batir de alas, entró un majestuoso cuervo de los santos días idos. Sin asomos de reverencias, ni un instante quedo; y con aires de gran señor o de gran dama fue a posarse en el busto de Palas, sobre el dintel de mi puerta. Posado, inmóvil, y nada más. fotosnaturaleza.com
Entonces, este pájaro de ébano cambió mis tristes fantasías en una sonrisa con el grave y severo decoro del aspecto de que se revestía. “Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—, no serás un cobarde, hórrido cuervo vetusto y amenazador. Evadido de la ribera nocturna. ¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!” Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”
Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado pudiera hablar tan claramente; aunque poco significaba su respuesta. Poco pertinente era. Pues no podemos sino concordar en que ningún ser humano ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro posado sobre el dintel de su puerta, pájaro o bestia, posado en el busto esculpido de Palas en el dintel de su puerta con semejante nombre: “Nunca más.”
Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto, las palabras pronunció, como vertiendo su alma sólo en esas palabras. Nada más dijo entonces; no movió ni una pluma. Y entonces yo me dije, apenas murmurando: “Otros amigos se han ido antes; mañana él también me dejará, como me abandonaron mis esperanzas.” Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”
Sobrecogido al romper el silencio tan idóneas palabras, “sin duda —pensé—, sin duda lo que dice es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido de un amo infortunado a quien desastre impío persiguió, acosó sin dar tregua hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido, hasta que las endechas de su esperanza llevaron sólo esa carga melancólica de “Nunca, nunca más.”
Mas el Cuervo arrancó todavía de mis tristes fantasías una sonrisa; acerqué un mullido asiento frente al pájaro, el busto y la puerta; y entonces, hundiéndome en el terciopelo, empecé a enlazar una fantasía con otra, pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño, lo que este torvo, desgarbado, hórrido, flaco y ominoso pájaro de antaño quería decir graznando: “Nunca más.”
En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra, frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos, quemaban hasta el fondo de mi pecho. Esto y más, sentado, adivinaba, con la cabeza reclinada en el aterciopelado forro del cojín acariciado por la luz de la lámpara; en el forro de terciopelo violeta acariciado por la luz de la lámpara ¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!
Entonces me pareció que el aire se tornaba más denso, perfumado por invisible incensario mecido por serafines cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado. “¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido, por estos ángeles te ha otorgado una tregua, tregua de nepente1 de tus recuerdos de Leonora! ¡Apura, oh, apura este dulce nepente y olvida a tu ausente Leonora!” Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”
“¡Profeta!” — exclamé —, ¡cosa diabólica! ¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio enviado por el Tentador, o arrojado por la tempestad a este refugio desolado e impávido, a esta desértica tierra encantada, a este hogar hechizado por el horror! Profeta, dime, en verdad te lo imploro, ¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad2? ¡Dime, dime, te imploro!” Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
“¡Profeta! — exclamé —, ¡cosa diabólica! ¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio! ¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas, ese Dios que adoramos tú y yo, dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén tendrá en sus brazos a una santa doncella llamada por los ángeles Leonora, tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen llamada por los ángeles Leonora!” Y el cuervo dijo: “Nunca más.”
“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso. ¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica! ¡No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira que profirió tu espíritu! Deja mi soledad intacta. Abandona el busto del dintel de mi puerta. Aparta tu pico de mi corazón y tu figura del dintel de mi puerta. Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”
Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo. Aún sigue posado, aún sigue posado en el pálido busto de Palas en el dintel de la puerta de mi cuarto. Y sus ojos tienen la apariencia de los de un demonio que está soñando. Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama tiende en el suelo su sombra. Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, no podrá liberarse. ¡Nunca más!
1) nepente: 2. m. Mitología. Bebida que los dioses usaban para curarse las heridas o dolores, y que además producía olvido, como las aguas del Leteo. RAE
2) Galaad: sitios geográficos citados en la Biblia más de 100 veces.
LAS RECETAS DE LA ABUELA.
La lubina, róbalo o sábalo…. Es propia del mar Mediterráneo y el océano Atlántico, desde las costas africanas (Senegal) hasta Noruega. Este pescado es muy apreciado por su valor culinario y en la pesca deportiva. En la costa suroeste atlántica española, se le denomina baila. Fuente: es.wikipedia.org
PROPIEDADES NUTRITIVAS. La lubina es junto con el bacalao, la pescadilla, la perca y la raya uno de los pescados blancos más magros, dado que apenas aporta 1,3 gramos de grasa por 100 gramos de carne. A esto se une su elevado contenido en proteínas de alto valor biológico frente a la mayoría de pescados, así como de vitaminas y minerales. Por ello, se considera un alimento muy nutritivo que, si se cocina de manera sencilla, puede formar parte habitual de las dietas hipocalóricas.
Su carne supone un aporte interesante de potasio, fósforo y hierro y moderado de sodio y magnesio, comparado con el resto de pescados frescos. El potasio es un mineral necesario para el sistema nervioso y la actividad muscular e interviene junto con el sodio en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
El fósforo está presente en los huesos y dientes. También interviene en el sistema nervioso y en la actividad muscular, y participa en procesos de obtención de energía.
El magnesio se relaciona con el funcionamiento del intestino, los nervios y los músculos, además de formar parte de huesos y dientes. También mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. El hierro es necesario para la generación de hemoglobina, proteína que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células, y su aporte adecuado previene la anemia ferropénica.
Entre las vitaminas, merecen mención especial las del grupo B (B1, B2, B3), cuyo contenido en la lubina es superior respecto a otros pescados. (…) La vitamina B12 también sobresale de la composición nutritiva de la lubina y está presente en una cantidad equivalente, e incluso superior, a la de carnes, huevos y quesos, alimentos todos de origen animal y fuente natural exclusiva de este nutriente.
En general, las vitaminas del grupo B permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (hidratos de carbono, grasas y proteínas) e intervienen en numerosos procesos de gran importancia funcional como la formación de hormonas sexuales, la síntesis de material genético y el funcionamiento del sistema nervioso. Fuente: pescadosymariscos.consumer.es
LUBINA ASADA CON VERDURAS.
3 cucharadas de aceite de oliva.
2 dientes de ajo.
1 cebolla.
8-10 hojas de laurel.
1 limón.
1 lubina de 1,5 kg (3¼ lb).
1 cucharada de mantequilla.
Perejil al gusto.
1 pimiento rojo.
1 pimiento verde.
2 tomates maduros.
1 vaso de vino blanco.
Sal al gusto.
Preparación:
1. Pelar y cortar la cebolla en juliana. Cortar los ajos en láminas. Lavar los pimientos, retirarles el pedúnculo (cabeza), las semillas y cortarlos en juliana. Reservarlos.
2. Sazonar la lubina y colocarla en una bandeja de horno, distribuyendo por encima y alrededor las verduras cortadas y las hojas de laurel. Introducir 10 minutos al horno precalentado a 180º C.= 350º F).
3. Sacar la bandeja del horno. Lavar los tomates, cortarlos en dados y esparcirlos por encima, regando el pescado con el aceite de oliva.
4. Añadir el vino blanco y el zumo de limón y volver a introducir en el horno. Hay que regarlo con sus propios jugos cada pocos minutos para que no se reseque. Fuente: receta modificada de: hola.com
DEL HOGAR Y ALGO MÁS…
El apio es una especie vegetal perteneciente a la familia de las Apiáceas.
Posee tallos estriados que forman una gruesa penca con hojas acuñadas. Toda la planta tiene un fuerte sabor acre, aunque el blanqueo de los tallos en el cultivo hace que pierdan estas cualidades, adquiriendo un sabor más dulce y el característico aroma que lo convierte en un buen ingrediente de ensaladas y sopas.
Se puede encontrar todo el año aunque las mejores estaciones son en otoño e invierno. Es oriundo de la zona mediterránea.
Propiedades Curativas: el Apio se ha utilizado desde tiempos históricos tanto en la cocina como en la medicina naturista. Es una de las verduras que más propiedades medicinales posee. Se puede ingerir crudo, cocido o en su jugo. Además de su crujiente textura y sabor, es una verdura “equilibrante”. Si se combina con otros vegetales como la zanahoria y el tomate, el jugo de apio ayuda a calmar los nervios y es un buen re-mineralizador. La ensalada de apio con un poco de sal puede usarse eficazmente para combatir el exceso de acidez del tubo digestivo y aliviar la colitis. La ensalada de apio y aguacate se recomienda en caso de enfermedades del estómago e intestino.
Ayuda al cuerpo a deshacerse de impurezas a través de su función diurética (por su contenido en un aceite volátil, el apiol). Se caracteriza por ser carminativo, sedante, aperitivo, digestivo (que no implica digestibilidad fácil, por su alto contenido en fibra), emenagogo, depurativo, regenerador sanguíneo y ligeramente laxante. Ayuda a la formación del esmalte dentario. Disminuye las enfermedades hepáticas, combate las infecciones, ayuda a la eliminación de cálculos renales, mejora la memoria y en uso externo suele comportarse como un cicatrizante.
En jugo es eficaz para eliminar el exceso de ácido úrico, combatir el reumatismo, el sobrepeso, flatulencias (gases), padecimientos nerviosos y menstruación escasa.
En cuanto al efecto diurético del apio, son las semillas las que provocan una mayor diuresis, siendo el cocimiento de éstas, útil en caso de hipertensión arterial, afección cardíaca congestiva, ansiedad e insomnio. Así mismo, la infusión de las semillas de apio resulta beneficiosa para combatir el síndrome premenstrual que produce incomodidades poco antes de la menstruación debido a la acumulación de líquido en los tejidos. Fuente e imagen: es.wikipedia.org
POESÍA.
Gertrudis Gómez de Avellaneda nació en Camagüey, en 1814, Cuba; muere; en España en 1873), llamada familiarmente “Tula”, fue una escritora y poetisa cubana. Es considerada como una de las precursoras de la novela hispano americana entre otras.1
Pasó su niñez en su ciudad natal y residió en Cuba hasta 1836. En este año parte con su familia hacia España En el viaje compuso una de sus más conocidos versos, “Al partir”.
(…) En 1845 obtuvo los dos primeros premios de la competencia poética organizada por el Liceo Artístico y Literario de Madrid,… Gertrudis figuró entre los escritores de renombre de su época. Fuente: es.wikipedia.org. Foto: todoababor.es
¡Perla del mar! ¡Estrella de occidente!
¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo
La noche cubre con su opaco velo,
Como cubre el dolor mi triste frente.
¡Voy a partir! La chusma1 diligente,
Para arrancarme del nativo suelo
Las velas iza, y pronta a su desvelo
La brisa acude de tu zona ardiente.
¡Adiós!, ¡patria feliz, edén querido!
¡Doquier que el hado en su furor me impela,
Tu dulce nombre halagará mi oído!
¡Adiós! Ya cruje la turgente vela
¡El anda2 se alza…! ¡El buque, estremecido,
Las olas corta y silencioso vuela!
1) chusma. (Del genovés antiguo “ciüsma”, y este del griego. Canto acompasado del remero jefe para dirigir el movimiento de los remos). 3. f. Conjunto de los galeotes que servían en las galeras reales. 6. f. despectivo, coloquial. (Familiar). Cuba. Persona de modales groseros y comportamiento vulgar. RAE
2) andas. 1 Tablero sostenido por dos barras horizontales para transportar, entre otras cosas, imágenes y personas: los cofrades llevaban al Cristo en unas andas. Gran Diccionario de la Lengua Española © Spes Editorial 2003 (No he encontrado un sentido más cercano a esta expresión. Pudiera ser alguna especie de hamaca que se moviera con el barco o, tal vez, el propio barco si “El anda…” fuera pronombre, aunque “no rima” mucho. Si tiene información al respecto se la agradeceremos).
PARA REFRESCAR.
Puertas para acróbatas. Colaboración de Jesús B., Madrid, España.
1) Sobre la Arrogancia...
En la facultad de Medicina, el profesor se dirige a un alumno y le pregunta: “¿Cuántos riñones tenemos?”
“¡Cuatro!”, responde el alumno.
“¿Cuatro?”, replica el profesor, un arrogante de esos que sienten placer en pisotear los errores de los alumnos.
“Traiga un fardo de pasto, pues tenemos un asno en la sala”, le ordena el profesor a su auxiliar.
“¡Y para mí un cafecito!”, replicó el alumno al auxiliar del maestro.
El profesor se enojó y expulsó al alumno de la sala. El alumno era el humorista Aparicio Torelly, conocido como el Barón de Itararé (1895-1971).
Al salir de la sala, todavía el alumno tuvo la audacia de corregir al furioso maestro: “Usted me preguntó cuántos riñones tenemos. “Tenemos” cuatro: dos míos y dos suyos. Porque “tenemos” es una expresión usada para el plural. Que tenga un buen provecho y disfrute del pasto”.
La vida exige mucho más comprensión que conocimiento. A veces, las personas, por tener un poco más de conocimiento o “creer” que lo tienen, se sienten con derecho de subestimar a los demás... No lo olvides: no seas nunca arrogante con los humildes, ni humilde con los arrogantes. Colaboración de Héctor L. Miami, Fla., EE.UU.
2) ¡El mejor ventrílocuo que he visto! Genial. Siga el vínculo. Colaboración de Angels T., Barcelona, Catalunya, España.
http://www.youtube.com/v/qNJ02rxaNrs
Si este blog ha sido de su agrado recomiéndelo a sus amigos. Gracias. Yskra y Romel.
Información: los blogs mangoconarroz, mangoconarrozdos y mangoconarroztres se hacen sin intención de lucro. No percibimos ingresos por ellos. Sólo los creamos para intentar brindarle información y entretenimiento, del cual disfrutamos los editores. Gracias.
Colaboraciones y sugerencias en el buzón del blog.
Por razones de espacio, algunos textos de las fuentes han sido resumidos. Si desea leer completo el tema, debe ir al original o ir al vínculo al pie del texto. Han sido preservados los datos esenciales. Salvo que se especifique lo contrario, las negritas, itálicas, y subrayados son de los editores. El sentido de (…) y de … es indicar que se ha condensado el texto original. Los comentarios entre ( ) son del editor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario