Isak Dinesen en su juventud: seudónimo literario de Karen Christentze Dinesen. Karen se casó con su primo lejano el barón Bror Blixen-Finecke, con quien inició en Kenia una plantación de café llamada The Karen Coffee Company. (1) El matrimonio fue difícil. Cansada de las infidelidades de su marido, se separaron tras seis años de matrimonio, quedándose ella con la plantación. Foto: www.javiermarias.es
Aprendió las lenguas aborígenes, como el suajili, y se empapó de las costumbres locales. Los nativos la apodaban “la hermana leona” y se ganó el afecto de ellos por su coraje, su buena puntería y su habilidad como cazadora. En Nairobi, [1,918] conoció a Denys Finch Hatton, un cazador británico afincado en Kenia. Empezaron una relación amorosa intensa, pero con muchos altibajos.
En 1,931, Hatton se mató en su avión Gipsy Moth. Blixen siguió a cargo de la plantación hasta que la caída de los precios del café en 1,931 la obligaron a venderla y regresar a Dinamarca. Siempre pensó en volver pero la Segunda Guerra Mundial se lo impidió.
“Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong.” Foto: trekearth.com; pie de foto de es.wikipedia.org.
Si bien ya había publicado algunos trabajos, es entonces cuando comienza su carrera literaria bajo diversos seudónimos, el más conocido de los cuales es Isak Dinesen, con el cual publicó una serie de apuntes autobiográficos sobre su vida en África. Pero fue su libro Memorias de África (1,937) el que sin duda la catapultó a la fama a nivel mundial; inspirada en el libro se filmó la premiada película Out of Africa, protagonizada por Meryl Streep en el papel de Karen y por Robert Redford como Hatton. El asteroide (3318) Blixen fue llamado así en su honor. Fuente: es.wikipedia.org
Isak Dinesen en la vejez. La imagen verdadera de Isak Dinesen fue durante mucho tiempo la de una anciana espectral, elegante y teñida de enigma, hasta que el cine la suplantó, con excesivo romanticismo y algo de ñoñería, por la de una sufrida y colonial aristócrata. No es que la Baronesa Blixen no fuera romántica y aristocratizante, pero es más justo decir que jugaba a serlo, al menos desde que fue Isak Dinesen, esto es, desde que empezó a publicar, con ese y otros nombres, y regresó a Dinamarca tras sus largos y fracasados años en África. "En verdad llevamos máscaras según vamos envejeciendo, las máscaras de nuestra edad, y los jóvenes creen que somos como parecemos, lo cual no es el caso." Foto de Karen de: es.wikipedia.org
Cuando en 1,959 visitó por primera vez América, el país en el que sus libros habían tenido más éxito y consideración, su figura llegó precedida de rumores y misterios inacabables… Cuando por fin se la vio, en las numerosas fiestas a que fue invitada y en las sesiones públicas y multitudinarias en las que relataba sus cuentos de viva voz sin ayudarse ni de un guión, se supo que era una anciana frágil y extravagante, llena de arrugas y con brazos como cerillas, vestida de negro, con turbantes en la cabeza, diamantes en las orejas y grandes cantidades de khôl alrededor de los ojos.
Sin embargo, la leyenda continuó, aunque por cauces más concretos: según los americanos, sólo se alimentaba de ostras y champagne, lo cual no era exacto, pues también admitía de vez en cuando gambas, espárragos, uvas y té. Cuando Dinesen expresó su deseo de conocer a Marilyn Monroe, la novelista Carson McCullers pudo arreglar un encuentro, y, en un famoso almuerzo, las tres mujeres mencionadas compartieron la mesa con Arthur Miller, el marido por antonomasia, quien, sorprendido por las costumbres de la Baronesa, le preguntó qué médico le había impuesto semejante régimen de ostras y champagne. Cuentan que la mirada de desprecio de Dinesen no se había visto nunca en aquel país: "¿Médico?", dijo. "Los médicos están horrorizados, pero a mí me encanta el champagne y me encantan las ostras y me sientan bien." Miller aún se atrevió a decir algo sobre las proteínas, y al parecer la nueva mirada de desprecio es seguro que no volverá a verse en suelo americano: "No sé nada de eso", fue la respuesta, "pero soy vieja y como lo que quiero". Con Marilyn Monroe la Baronesa se llevó mucho mejor.
Lo cierto es que Isak Dinesen vivía normalmente en Rungstedlund, la casa de su infancia danesa, y llevaba una vida muy sedentaria debido a sus múltiples males, entre los cuales nunca olvidaba el más antiguo y el que nada tenía que ver con la edad, la sífilis, que había contraído al año de su matrimonio con el Barón Bror Blixen, de quien se había divorciado en su día no sin grandes vacilaciones. Este marido era el hermano gemelo del hombre que ella había amado en su primera juventud, y quizá los vínculos por persona interpuesta sean los más difíciles de desatar.
Por causa de la sífilis hubo de renunciar a su vida sexual desde muy temprano, y al ver que para aquello no había posible ayuda de Dios, y considerando lo terrible que resultaba para una mujer joven verse privada del "derecho al amor", Isak Dinesen le prometió el alma al Diablo, y éste le prometió a cambio que cuanto ella experimentara a partir de entonces se convertiría en una historia. Eso fue al menos lo que le contó a un no-amante al que doblaba en edad y triplicaba en inteligencia, el poeta danés Thorkild Bjornvig, con quien hizo un extraño pacto cuando ella tenía ya sesenta y cuatro años y a quien dominó y sometió de manera absoluta durante cuatro.
Pero Isak Dinesen no era nunca constante, y tras una descomunal reyerta era capaz de comportarse encantadoramente al siguiente encuentro, como si nada hubiera pasado, o aun de felicitar al no-amante por su sentido crítico insobornable. Eran muy propias de ella estas transformaciones, y el poeta Bjornvig ha contado cómo una noche, por razones que a él mismo se le escaparon, Isak Dinesen montó en cólera y se convirtió en una furia gesticulante y decrépita, encogida por la ira, que lo dejó hundido y paralizado. Al rato, cuando el poeta ya se había acostado, la Baronesa se deslizó en su cuarto y se sentó al borde de su cama: pero ahora él la vio radiante, metamorfoseada, con la belleza de una joven de diecisiete años. Bien es verdad que el propio Bjornvig confesó que, de no haber asistido a la transformación, no la habría creído posible.
(…) Quizá no esté de más añadir que el poeta Bjornvig no logró publicar nada durante los cuatro años de su arrebato.
Isak Dinesen decía no tener muy buena vista, pero era capaz de distinguir tréboles de cuatro hojas por el campo a una distancia inconcebible, y de ver la luna nueva cuando ésta era aún invisible. Cuando la descubría, tenía por costumbre saludarla con tres reverencias, y aseguraba que había que discernirla sin cristal de por medio, pues eso traía mala suerte. Tocaba el piano y la flauta, preferentemente Schubert con el primero y Haendel con la segunda, y al atardecer rememoraba con frecuencia poemas de Heine, su favorito, y a veces de Goethe, a quien detestaba pero recitaba. A Dostoyevski lo aborrecía, aunque lo admiraba, y era incondicional de Shakespeare. De Heine citaba a menudo estos versos: "Quisiste ser feliz, infinitamente feliz o infinitamente desdichado, corazón orgulloso, y ahora eres desdichado".
Sus ojos rodeados de khôl estaban llenos de secretos, según cuantos los miraron: nunca parpadeaban ni se apartaban de lo que estuvieran mirando. El padre de Dinesen se había suicidado cuando ella tenía diez años, y ella había contado cuentos desde la infancia. Su hermana menor le imploraba a veces al acostarse con sueño: "¡Oh, Tania, esta noche no!" En su vejez, en cambio, sus anfitriones o sus invitados le rogaban que contara alguna historia. Ella se prestaba a veces, como quien hace un regalo. Todos los jueves cenaba con un niño al que había comprado un traje apropiado para la ocasión: era el hijo de su cocinera, a quien una noche había sorprendido escondido, acechante, espiándola mientras ella cenaba a solas. Gustaba de provocar, pero suave e irónicamente, como cuando ponía objeciones a la democracia absoluta, temiendo por la suerte de las élites: "Ya saben, debería haber siempre unos pocos versados en los clásicos". Decía gobernarse en su vida por las reglas de la tragedia clásica, y según ellas habría educado a los hijos que nunca tuvo.
Al final pasaba varios meses al año en una clínica, y el resto, como siempre, en Rungstedlund, donde murió quedamente, tras haber escuchado a Brahms durante la tarde, el 7 de septiembre de 1962. Fumó sin parar hasta el fin de sus días, que dejó a la edad de setenta y siete años, y fue enterrada al pie de un haya que ella misma había escogido, junto a la costa de Rungsted. Según Lawrence Durrell, habría lanzado una mirada amable e irónica a quien se hubiera atrevido a llorar su muerte. "En realidad tengo tres mil años y he cenado con Sócrates."
Isak Dinesen hizo suyas estas palabras: "En el arte no hay misterio. Haz las cosas que puedas ver, ellas te mostrarán las que no puedes ver". Javier Marías
Texto integro en: http://www.javiermarias.es/VIDASESCRITAS/dinesen.html
LAS RECETAS DE LA ABUELA.
El arroz jollof o wólof, también llamado benachin (“una cazuela” en wólof) es un plato popular en todo el oeste de África. Se cree que se originó en Senegal y Gambia, pero desde entonces se ha extendido por toda la región, y especialmente en Nigeria y Ghana, entre los miembros de la etnia wólof. (1, 2)
El plato consiste en arroz, tomates y pasta de tomate, cebolla, sal, especias (como nuez moscada, jengibre, pimienta de Guinea o comino) y pimiento rojo, a los que pueden añadirse ingredientes opcionales como verdura, carne o pescado. Fuente es.wikipedia.org
ARROZ JOLOFF o WÓLOF (África Occidental)
Ingredientes:
Aceite para freír.
1 pollo (y/o una libra o dos de carne para guisar), cortado en trozos.
1 o 2 cebollas, finamente cortadas.
Sal, pimienta negra, pimiento africano o antillano.
Otras especias opcionales que a su gusto puede añadir: chiles, ajo, tomillo, jengibre, canela, curry.
2 tazas de caldo de pollo o carne.
2 o 3 tomates maduros pelados y cortados.
Verduras a su gusto.
Pimientos verdes troceados.
Judías verdes.
Guisantes verdes.
Zanahorias troceadas.
Berza troceada.
4 tazas de arroz.
1 lata de puré de tomate o tomates naturales.
Jamón cocido, un trozo.
Gambas secas o langostinos secos.
Guarniciones (alimento que acompaña el plato principal. Ej.: papas fritas; perejil fresco; lechuga en tiras; huevo cocido, cortado en rebanadas, etc.)
Preparación:
1.-Caliente dos cucharas de aceite en un sartén grande. De unas vueltas al pollo (o carne) en este aceite muy caliente hasta que se dore. Saque el pollo o la carne del sartén y agregue las cebollas, la sal, el pimiento africano o antillano y una o dos de las especies escogidas; fría la mezcla hasta que se dore la cebolla. Saque este revuelto del sartén y póngalo junto al pollo o la carne.
2.-Ponga el caldo en una cacerola y vierta el pollo (o la carne) y el sofrito de verduras. Cubra la cacerola con la tapa y continúe a fuego lento.
3.-En el mismo sartén usado para la carne y cebollas, fría los tomates y una o dos tipos de verduras diferentes. Continúe friendo la mezcla hasta que las verduras estén medio cocidas, entonces agréguelos a la carne, cebollas, y caldo en la cacerola.
4.-De nuevo en el mismo sartén, ponga el arroz y la pasta de tomate. Con el fuego bajo, revuelva hasta que el arroz se mezcle uniformemente con la pasta de tomate. El arroz debe quedar de un color rosa-naranja.
5.-Cubra la cacerola y cocine la mezcla a fuego lento hasta que el arroz se haga y las verduras estén tiernas (media hora). Revuelva suavemente de vez en cuando para que no se pegue ni se queme el arroz. Agregue agua caliente o caldo. Si lo desea, añada las gambas o el jamón cocido.
Sirva con una o dos de las guarniciones a su gusto. Receta de: ikuska.com; foto de globeholidays.net
DEL HOGAR Y ALGO MÁS…
La mostaza hace referencia generalmente al condimento envasado con apariencia externa pastosa y de sabor picante que se elabora de las semillas de varias plantas del género Sinapis, familia de las crucíferas, que también incluye las coles y los nabos. Asimismo, hace referencia también a la pequeña semilla de mostaza, usada como especia y que se emplea frecuentemente en algunas gastronomías, como por ejemplo: la alemana, la india o la francesa, entre otras.
La mostaza se denominaba en el castellano clásico como jenabe, que a su vez proviene del latín sinapi, y éste del griego con el mismo nombre, de aquí proviene la palabra sinapismos que son las cataplasmas de mostaza aplicadas al pecho como remedio natural de catarros y otras afecciones pulmonares.
La denominación, tal y como se conoce hoy en día, aparece por primera vez en Francia posiblemente hacia el año 1,220 de una derivación de la palabra latina "mustum" y la primera constancia registrada del nombre asociado al condimento es: “moutarde” y se sospecha que provenga del latín vulgar “mustum ardens” (mosto ardiente) por tener los romanos la costumbre de añadir, o diluir, granos de mostaza en el zumo de la uva (mosto). Casi en la misma época aparece registrado en castellano con el nombre de mostaza y en Italia con el de mostarda. Las semillas de mostaza están relacionadas desde varios enfoques religiosos como las semillas de fe y de abundancia. Esta semilla se nombra como algo muy pequeño que se multiplica y simboliza la abundancia y el fenómeno de la multiplicidad.
Se cree que fueron los romanos quienes desarrollaron el preparado de mostaza que conocemos hoy. (…) La empleaban como condimento gastronómico, Plinio la menciona como un aditamento en los vinos especiados y como también confitaban en vinagre sus hojas, era empleado en la elaboración del moretum (queso especiado). También se empleaba como planta medicinal aplicada como remedio contra los dolores de cabeza o simplemente como digestivo. Los griegos la empleaban como condimento y Pitágoras recomendaba su consumo ya que tenía la convicción que aumentaba la memoria y le daba alegría al ánimo, se sabe también que el botánico Teofrasto la cultivaba en los jardines.
La mostaza es una salsa baja en calorías y es 0% colesterol al no tener como ingrediente ningún tipo de grasa animal. Su semilla tiene un alto contenido proteico y de minerales. Además posee propiedades antisépticas y digestivas. Fuente: es.wikipedia.org; foto energesa.es
INFORMACIONES ÚTILES:
La FDA publica nuevas normas sobre las etiquetas de los medicamentos para informar mejor a las mujeres embarazadas Una funcionaria de la agencia afirma que los cambios en las etiquetas ayudarán a las pacientes a tomar decisiones críticas sobre los fármacos.
La FDA anuncia que la información sobre la cantidad de calorías será obligatoria en las cadenas de restaurantes. EST Las normas también se aplican a las palomitas de maíz en el cine, las panaderías y las heladerías.
Comer yogurt a diario podría mantener la diabetes a raya EST Un estudio halló un efecto modesto contra la enfermedad, pero los expertos afirman que una dieta generalmente sana sigue siendo el mejor método.
La obesidad se vincula con medio millón de casos de cáncer en todo el mundo La mayor cantidad de cánceres relacionados con la obesidad son diagnosticados en América del Norte y Europa, informan los investigadores. Fuente de los vínculos: Medineplus.
PARA REFRESCAR.
Chiste colombiano: Había una vez un costeño que llega a Nueva York y quería un cigarrillo. Como no sabía hablar inglés, le hizo señas a una muchacha de que quería un cigarro. Ella se agachó a buscarlo y en esas se le salió un peo. Ella se dio la vuelta y le dio el cigarrillo y le dijo:- Two fifty. A lo que el costeño responde: - ¡Echeeee fuiste tú!
Chiste mexicano: Un mexicano estaba tranquilamente tomando su desayuno, cuando un típico "norteamericano", mascando chicle, se sienta a su lado. El mexicano ignora al "yanquiman" que no muy contento con eso, trata de hacerle conversación preguntando: - Perdón, ¿usted se come todo el pan? - ¡Por supuesto! - contesta el mexicano -.
- Nosotros no- dice el gringo -.- Nosotros sólo nos comemos la migaja de adentro del pan y la parte de afuera la ponemos en un container, la reciclamos, la transformamos en harina y la exportamos a México.
El mexicano escucha en silencio, imperturbable. El americano sigue mascando su chicle e insiste: - ¿Y ustedes se comen la mermelada con el pan? - ¡Por supuesto! - contesta nuevamente el mexicano -.- Nosotros no - dice el americano -. - Nosotros en el desayuno comemos fruta fresca, la cáscara y las semillas las ponemos en un container, las reciclamos, las transformamos en mermelada y la exportamos a México.
El mexicano ya un tanto alterado le pregunta:- ¿Y ustedes qué hacen con los condones después de usarlos? - ¡Los tiramos a la basura, "of course"! - Bueno, nosotros no. - Después de usarlos los ponemos en un contenedor, los reciclamos, los transformamos en chicle y los exportamos a los EE.UU. Fuente: chistes.yavendras.com
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