S E P T I E M B R E.
Deriva del latín “september”, por ser el séptimo mes del antiguo
calendario romano que comenzaba en marzo. Este mes tiene 30 días.
Septiembre o seca fuentes o lleva puentes.
Colaboración de Albert L., Pineda del Mar, Catalunya, España.
Cuento: Crisis diplomática o Fifí y la trufa chilena. Autor: George Orson Welles: Nació en Kenosha, Wisconsin, EE.UU. (1915 - 1985). Murió en Hollywood, Los Ángeles, EE.UU., fue un actor, director, guionista y productor de cine estadounidense.
Es considerado uno de los artistas más versátiles del siglo XX en el campo del teatro, la radio y el cine. Fuente: es.wikipedia.org. Si alguna vez puede ver comentada por un especialista “El Ciudadano Kane” descubrirá porqué es un genio de la información visual y narrada. Los que no conocemos “los trucos” del cine, aprenderemos mucho viendo algunas de las cosas que aportó Welles. Le ofrecemos uno de sus cuentos:
“Hubo una vez una trufa que casi desencadena una guerra mundial. No me refiero a una “fruslería”... sino a una trufa. (Fruslería: de poco valor).
Esas cosas negras que meten en los hígados de los gansos, conocidas como Tuber Melasporum. Para encontrarlas, los cerdos cavan en la tierra, aunque casi nunca llegan a comerlas. Si uno tiene la suerte de toparse con un cerdo hurgando debajo de un roble en la provincia francesa de Perigord, es probable que vaya escoltado de cerca por un vigilante granjero, con sus bolsillos llenos de maíz. El cerdo consigue el maíz, y lo que el granjero consigue por la trufa es una bonita moneda (o un *jolisou). [*No hemos encontrado su significado.]
El llamado Shakespeare de los chef, Brillat-Savarin, se refería a la trufa como “el diamante negro de la cocina”... y las pequeñas raíces cuestan lo que corresponde.
Durante los meses de otoño, los lechones más entusiastas del norte de Italia desentierran una suculenta trufa “blanca”... en realidad una hermosa pieza color gris nublado. Estas trufas son envueltas en delgados pliegos de papel de seda, para luego ser colocadas en los mullidos risottos3 de Milán. Pero afortunadamente tales soberbias rarezas son estacionales, y viajan poco... por esa razón mi relato tiene sentido. Ocurrió en París y el héroe trágico fue un Ministro del gabinete francés.
El villano fue una trufa. Esta trufa no era ni blanca ni negra.
–Pretende ser gris –dijo Henri, el chef del Ministro–. Pero es un hecho que muestra el verde más abominable.Foto dedondeviene.com
La trufa era, más encima, enorme. Del tamaño de un melón y venía de Chile, donde el padre de la esposa del Ministro había estado alguna vez en poste [¿?]. Los recuerdos de niñez de esta dama respecto de las trufas chilenas eran tan glamorosos, que ella había movido sus palancas; de modo que el notable ejemplar, ahora bajo los ojos sospechosos del chef, había volado desde Santiago a París en la valija diplomática.
Su Excelencia el Ministro la había confundido al principio con un exótico espécimen meteorológico, en tanto que el Primer Subsecretario, dotado de un nítido olfato para el melodrama, tomó la precaución de sumergir la trufa en una palangana de agua, bajo la sospecha de que se trataba de una bomba.
Madame, la esposa del Ministro, no perdió tiempo en poner a cada cual en su lugar. Como todos ellos sabían bien, una cena oficial de la mayor importancia sería ofrecida esa misma noche.
–Estamos en el mes de julio –señaló–. Las trufas blancas de Italia no hay modo de conseguirlas, y la gente come trufas negras todos los días.
Esto último, por supuesto, no era estrictamente cierto; pero su esposo se contentó con advertir que quizá sus honorables invitados, dignatarios de la Rusia Soviética en visita breve a París, no estarían hartos hasta el punto del aburrimiento con las trufas francesas.
–La trufa de Chile –dijo Madame en tono definitivo–, es una grata novedad. Informen al chef que la emplee con el lenguado–. Y con esto ella deja nuestro relato, ya que la cena era un evento sólo para hombres.
–No sería prudente –dijo el Ministro, con típica debilidad–, hacer caso omiso de los deseos de mi esposa. Y por otro lado, los rusos no van a notar la diferencia.
Pero el chef, un hombre de temperamento vivo, no se había aplacado.
– ¡Piensen en la responsabilidad! – Gritó, sosteniendo la blanduzca trufa con el brazo estirado–. ¡Dieciséis dignatarios de alto rango de la Unión Soviética! ¿Supongan que mueren?
–Vamos, vamos, Henri. No haga un drama de esto.
– ¿Drama? – Se empeñó Henri, agitando los brazos, colocando antes con cautela la trufa en el suelo–. ¿Drama? ¡Déjeme asegurarle a Su Excelencia que incluir a esa excrecencia1 vegetal en una salsa para el pescado, y alimentar con ello a un grupo de hombres educados en los métodos más directos de acción política, no es hacer drama, sino incitar a la tragedia!
–Él está pensando –dijo el Primer Subsecretario en tono bajo y discreto–, en las represalias.
–Ahora bien, Henri, no olvide que el Ministro lo respalda.
–Su Excelencia olvida a quien debo mi principal lealtad.
–Naturalmente. A su orgullo profesional...
–Absolutamente, no. Me refiero a mi posición como miembro del Partido Comunista. Había escapado de la mente del Ministro del gabinete que su chef era comunista. –Eso lo hace embarazoso, ¿no es así?
–Ya soy sospechoso de desviacionismo –dijo Henri–. Imagine mi destino si pasa algo, aunque sea un desorden gástrico menor...
–Henri, mi esposa es garantía de esas trufas.
–Ella es una mujer decidida, Su Excelencia.
–Ahora, si alguno de ustedes –dijo el Ministro–, se atreviera a actuar como conejillo de indias...
Siguió un silencio molesto, perturbado sólo por los resoplidos asmáticos de Fifí, una vieja perra pequinesa.
–Todo se reduce a esto –resumió el Ministro, observando sombríamente por la ventana–, tenemos que elegir entre envenenar a la delegación soviética completa o desafiar los deseos explícitos de mi esposa. Ambos casos son impensables. ¡Fifí! ¡Vuelve acá con eso!
La pequinesa había agarrado la trufa y la estaba sacudiendo melancólicamente por el piso de parquet. El Primer Subsecretario saltó hacia delante mientras Fifí hundía sus dientes en la verde carne vegetal; pero de pronto el Primer Subsecretario se detuvo. La perra estaba masticando, con evidente satisfacción, una generosa porción de la delicia chilena. Y una mirada terrible había aparecido en los ojos del Ministro. Foto: www.perrosargentina.com
–Que siga –dijo, hablando en los tonos que normalmente reservaba para los funerales de gran pompa–, esta bestia avejentada y enferma debería haber sido descartada hace tiempo. Denle otro trozo de trufa. Si sobrevive hasta la cena, estamos libres para proceder con el menú tal como ha sido planeado por mi esposa. Pero si Fifí perece... será por una buena causa: ¡la seguridad de la República Francesa!
A la hora de la cena todos respiraban con más tranquilidad. Fifí era quizá la única excepción. No es que la trufa no hubiera congeniado con ella, al contrario; sino que en las horas de la tarde el asma de Fifí era siempre un poco problemática. El Ministro la dejó salir a rasguñar por el jardín y retornó con un corazón liviano a recibir a sus invitados.
Una escasa hora más tarde, el camarada Vice comisario de las Pesquerías Soviéticas ya se hallaba de pie proponiendo un brindis por la paz. Henri había transformado la odiada trufa en uno de sus triunfos más refinados, desmenuzándola con chalotes2 y hongos en una salsa al vino blanco, espesada con mantequilla y yemas de huevos.
Como un solo hombre, los rusos habían limpiado sus platos con pan y pedido más, y ahora, por sobre la segunda copa de un excelente champagne, el Ministro se congratulaba a sí mismo por su éxito diplomático, cuando el Primer Subsecretario deslizó una nota escrita bajo su mano. El mensaje decía simplemente:
“¡FIFI HA MUERTO!”
El Ministro murmuró una excusa y se apresuró hacia la cocina.
– ¡Llamen una ambulancia! –gritó–. ¡Si los rusos mueren aquí en el Ministerio, caerá el gobierno!
Su mano se congeló en el teléfono. Una ambulancia sería escasamente adecuada: había dieciséis miembros en la delegación. La visión de dieciséis ambulancias, cada una llevando un diplomático soviético, ululando y repicando por el Quai d’Orsay fue rápidamente reemplazada por el cuadro mental de dieciséis distinguidos cadáveres en dieciséis ataúdes surgiendo interminablemente de los Champs Elysées, en lo que sería seguramente el más concurrido funeral en la historia. Cada comunista de Europa marcharía en la procesión; habría una huelga general, y entonces...
Podía escucharse en el comedor a otro camarada Comisario proponiendo un nuevo brindis. “Os concedo,” decía, “la Revolución Francesa.”
“Eso,” pensó el Ministro, “es precisamente lo que vamos a conseguir. Con dieciséis honorables invitados muertos a sangre fría en una cena oficial, la revolución es apenas el comienzo... ¡Esto es la guerra!”
El postre se hallaba a punto de ser servido cuando un médico de confianza, bajo estricto juramento de guardar el secreto, fue introducido a escondidas en el Ministerio para trabajar con Henri en la cocina. Al parecer existen apenas dos antídotos efectivos para el envenenamiento con trufa, y se concluyó que ninguno de los dos era lo suficientemente insípido como para meterlo dentro del postre, una “Bomba Sorpresa”. Obviamente los antídotos debían ser administrados subrepticiamente; y si la paz mundial había de ser preservada, sólo podía ser con el café.
–Café turco –recomendó el Primer Subsecretario–. Mejor café diablo... rociado con algún licor fuerte. Henri debe disponer eso.
El chef, consciente de su propia responsabilidad como buen comunista, se puso a la tarea vigorosamente.
–Póngale un poco de tabasco –sugirió el Ministro–, o una pizca de curry en polvo.
–Su Excelencia –dijo Henri, colocando una cucharada de licor en su preparado–, en el período de la Ocupación yo estuve implicado en un paté hecho con unos gatitos. Uno tiene sus propios recursos, pero por ahora están agotados: el olor de la clínica persiste. Consigan mejor una cánula para lavados estomacales y un sacerdote... ¡Conozco mis limitaciones! –Y aquí el buen hombre estalló en lágrimas de desesperación.
En ese negro instante, hizo su aparición el Tercer Subsecretario. No sabía nada del contratiempo diplomático en curso, ya que su rango no era suficiente como para ser invitado al banquete.
–He hablado con Madame por teléfono –dijo–. Estaba muy afectada por las noticias acerca de Fifí...
El Ministro lo interrumpió con un gesto impaciente.
–Estamos todos afectados –dijo–. Más aún, hemos resentido intensamente la pérdida.
–Madame me ha pedido que le solicite a usted despedir al ayudante del jardinero.
–Este no es el momento para trivialidades domésticas, por Dios, hombre, estamos a punto de...
–Pero fue el jardinero quien dejó la verja abierta, y usted sabe que Fifí siempre partía corriendo tras los automóviles...
El Ministro agarró al Tercer Subsecretario por la solapa de su chaqueta, una solapa que pronto sería decorada con la cinta de la Legión de Honor.
– ¿Qué quiere decir...? –preguntó el Ministro.
–Pues sí, la pobre vieja criatura lo intentó demasiadas veces. Un gran camión de reparto. Muerte instantánea. “Fue muy triste.”
Traducción de Bartolomé Leal. Fuente: www.mauroyberra.cl
1. excrecencia. 1. f. Protuberancia, generalmente carnosa, que se produce en animales y plantas, alterando su textura y superficie natural. RAE.
2. chalote: 1. m. Planta perenne…, flores moradas y muchos bulbos, agregados como en el ajo común, blancos por dentro y rojizos por fuera. Es planta originaria de Asia, se cultiva en las huertas y se emplea como condimento. RAE
3. risottos: ¿brotes, tallitos suaves, tal vez como los brotes de soja? La bibliografía se refiere al arroz con risottos, sin encontrar qué son en sí mismo los tales risottos. Se agradece información al respecto. No está en los diccionarios ni enciclopedias consultadas.
LAS RECETAS DE LA ABUELA.
El atún se convierte en uno de los pescados azules más consumidos en nuestro país, probablemente porque además de encontrarlo en las pescaderías, está en las estanterías de los supermercados en forma de latas (con aceite de oliva, aceite de girasol, al natural o incluso con otros ingredientes como el tomate).
Aunque debemos tener cuidado con el atún envasado o enlatado, porque en ese proceso lo habitual es que pierda la mayoría de su alto contenido en ácidos grasos omega-3, de ahí que siempre lo más aconsejable sea consumirlo fresco, elaborado por ejemplo a la plancha o al vapor.
De hecho, a la plancha resulta delicioso a la par que nutritivo, mientras que crudo o ligeramente cocinado es un pescado fundamental de la cocina japonesa, donde es un ingrediente principal del famoso sushi. Todo ello es debido a su gran versatilidad en la cocina y su suave y delicioso sabor, además de las diferentes propiedades que encontramos en el atún.
El atún fresco se convierte en una de las fuentes excelentes en ácidos grasos omega-3, siendo sumamente rico en grasas de baja y alta densidad (DHA y EPA). Como de buen seguro sabrás, ambas grasas protegen y previenen de las enfermedades cardiovasculares, ayudando a mantener sano el corazón, además de cuidar el cerebro. También destaca su alto contenido en proteínas, indispensables para el correcto funcionamiento de nuestro organismo al convertirse en nutrientes indispensables. En lo que se refiere a su contenido en minerales, destaca sobre todo la existencia de magnesio y selenio, que precisamente complementan la acción de los omega-3, gracias a que también ayudan a cuidar el corazón. En lo que se refiere al contenido en vitaminas, destaca en vitamina E (una vitamina potente antioxidante), y en vitaminas del grupo B (como la vitamina B12, útil para mejorar la circulación).
Si te ha interesado este pescado, te aconsejamos descubrir más sobre las propiedades del pescado azul. Fuente: www.natursan.net
ATÚN FRESCO A LA CAZUELA
Ingredientes:
1 pizca de sal o al gusto.
2 dientes de ajo.
800 gr. de atún fresco cortado en 4 filetes.
4 cebollas grandes.
1 pizca de pimienta.
400 gr. de tomates maduros. Casi una libra o ½ kilo.
1 vaso de vino blanco.
50 gr.= 3 cucharadas grandes de mantequilla.
Preparación:
1.-Eliminar la piel del pescado. En una cazuela de barro fundir la mantequilla sobre fuego suave, poniendo los trozos de atún que se dorarán por ambos lados.
2.-Añadir las cebollas y el ajo triturados, y después los tomates cortados.
3.-Regar todo con el vino blanco. Salpimentar y mientras dure la cocción, tapar la cazuela. Dejar cocer durante 20 minutos, a fuego bajo.
DEL HOGAR Y ALGO MÁS…
Cosas que quizás no conocía. BBC Mundo.
1- El hombre que fue vecino de Hitler. Edgar Feuchtwanger, de 88 años, cuenta lo que fue ser judío y quedarse sin leche cuando el líder nazi vivía en su misma cuadra en un próspero suburbio de Múnich.
Narra que tuvo una niñez normal hasta la noche del 9 de noviembre de 1938, cuando comenzó la campaña [violenta] contra los judíos alemanes. Su familia se vio forzada a abandonar la Alemania nazi, pero Edgar nunca lo olvidó. Clic Conozca a fondo los detalles
2. Es matemático, predijo la victoria de Obama y ahora es una celebridad. No es periodista. No es político. Es Nate Silver, el estadístico que predijo -número por número, estado por estado, con una exactitud sin precedentes- la victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de EE.UU. Clic Entérese de cómo lo logró
3 - Nelson Mandela pone cara a los nuevos billetes sudafricanos. Los primeros billetes con la cara del ex presidente de Sudáfrica y líder de la lucha contra el apartheid Nelson Mandela fueron puestos en circulación en el país africano. La directora del Banco de la Reserva de Sudáfrica, Gill Marcus, fue la primera en utilizar los "billetes Mandela". Foto: AP. Se trata también de la primera moneda-papel que lleva la imagen de una persona de raza negra, y sustituirá a billetes con animales salvajes y escenas rurales e industriales. Clic Descubra las razones detrás de esta noticia
4 -Tina Turner espanta pájaros en un aeropuerto. Los empleados de una terminal aérea de Staverton, en Gloucestershire, ubicado en el suroeste de Inglaterra, se vieron en un aprieto cuando el método que utilizaban para sacar a los alados de las pistas dejó de funcionar.
Al ver que los sonidos de pájaros en problemas que usaban para espantarles no hacían efecto, comenzaron a reproducir una canción de Tina en los altavoces. El experimento dio resultado. Clic Póngase al tanto de como sucedió
POESÍA.
Manuel del Cabral Tavarez fue un poeta y novelista dominicano. Nació el 7 de marzo de 1907 en Santiago de los Caballeros y falleció el 14 de mayo de 1999 en Santo Domingo. Poeta que cantó a la raza africana y al tema negro. Novelista de gran valor. Su poesía fue de vanguardia. Autor de numerosos poemas negros; entre ellos Carta a Rubén; Pilón; Biografía de un silencio; Compadre, etc. Recibió el Premio Nacional de Literatura de República Dominicana. Fuente: es.wikipedia.org. Foto: es.dresamstime.com
NEGRO SIN ZAPATOS
Hay en tus pies descalzos: graves amaneceres.
(Ya no podrán decir que es un siglo pequeño.)
El cielo se derrite rodando por tu espalda:
húmeda de trabajo, brillante de trabajo,
pero oscura de sueldo.
Yo no te vi dormido... Yo no te vi dormido...
aquellos pies descalzos
no te dejan dormir.
Tú ganas diez centavos, diez centavos por día.
Sin embargo,
tú los ganas tan limpios
tienes manos tan limpias,
que puede que tu casa sólo tenga.
Ropa sucia,
catre sucio,
carne sucia,
pero lavada la palabra: Hombre.
PARA REFRESCAR.
Escoja el sentido correcto de la palabra: polla. 1. (De pollo1). 1. f. Gallina nueva, medianamente crecida, que no pone huevos o que hace poco tiempo que ha empezado a ponerlos. 3. f. malsonante. Pene. 4. f. coloquial. Mujer joven. 6. f. América. Carrera de caballos donde se corre la polla. 7. f. Ecuador. Chuleta (‖ apunte para usarlo disimuladamente en los exámenes). 8. f. El Salvador. Esputo. 9. f. México. Bebida hecha con leche, huevos y canela, y a la que a veces se le añade licor. RAE. Colaboración de Jesús B., Madrid, España.
Tontadas.
1. Bautizando al nene.
En el bautismo de un bebé, el cura contesta enojado:
- ¡No, hijos, al bebe no le pueden poner Batman!
- Entonces, ¡Qué sea Superman!, responde Manolo.
- Le repito, no puede ser. ¡Tiene que ser un nombre de pila!
Enfurecido el padrino le responde.
- ¡Está bien Padre!, ¡Entonces que sea Duracell! (Popular marca de pilas eléctricas en España.)
2. Explicación bíblica:
Estaban dos curas explicando la Biblia a sus alumnos. Uno de ellos les dice:
- Y Jesús le dijo a Lázaro: ¡Lázaro levántate y anda!, ¡Y Lázaro se levantó y ando!
El otro cura añadió:
- ¡Anduvo idiota!
- Bueno anduvo un poco idiota al principio, ¡pero luego ya ando normal…!
3. Dos amigos en la calle:
Un amigo le pregunta al otro:
- Oye Manolo… ¿Hace frío en la calle?
- No sé, yo estoy en la vereda… Colaboración de Diana F., Caracas, Venezuela.
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