jueves, 12 de febrero de 2015

183. Personajes célebres: Walt Disney. Luces y Sombras.

imageUn fondo de leyenda sigue aún planeando sobre la figura de Disney. Un repetido rumor asegura que era un emigrante europeo, probable-mente español, que llegó a los EE.UU. y que, más tarde, falseó su origen. También han sido mitificadas las circunstancias de su muerte: muchos creyeron que Disney había sido congelado con modernas técnicas de hibernación. Su cuerpo aún permanecería con las constantes vitales suspendidas, a la espera de un futuro en que pudiese despertar y nuevos procedimientos quirúrgicos reparasen su salud.

La realidad es que el cadáver Disney fue incinerado por deseo de sus familiares. No ha de extrañar, sin embargo, toda esta mezcla de realidad y fantasía alrededor de quien pasó a la historia de la cultura occidental como uno de los más prolíficos, contradictorios e influyentes cultivadores de la imaginación infantil.

Walter Elías Disney nació el 5 de diciembre de 1,901 en Chicago, Illinois. Cuarto de los cinco hijos que tuvieron Elías y Flora Disney, su infancia transcurrió entre apuros económicos; bajo la extrema severidad de su padre, carpintero de profesión, que probó suerte en toda clase de negocios sin que nunca consiguiera mejorar su maltrecha economía. Eternamente menospreciado por su padre, Walt creció muy unido a su madre, una antigua maestra descendiente de alemanes, y a su hermano Roy, ocho años mayor que él.

En 1,906, Elías Disney decidió empezar una nueva vida en una granja cerca del pequeño pueblo de Marceline, Missouri, donde Walt descubrió la naturaleza y los animales. También entonces nació su interés por el dibujo, que compartió con su hermana pequeña, Ruth. Elías Disney hacía trabajar tan duro a sus hijos en el mantenimiento de la granja que los dos mayores, Herbert y Raymond, decidieron dejar el hogar para instalarse por su cuenta otra vez en Chicago.

La precaria situación en que quedó la familia con la marcha de los dos jóvenes empeoró en el invierno de 1,909, cuando el padre contrajo fiebres tifoideas y la enfermedad le obligó a vender la granja y a trasladarse a Kansas City, Missouri, donde encontró un empleo como repartidor de periódicos, tarea en la que Roy y Walt le ayudaban. Ello supuso un menor rendimiento del pequeño Walt en la escuela, donde nunca fue un alumno aventajado. Pasados un par de años, Walt, que ocasionalmente ganaba algún dinero vendiendo sus caricaturas, se matriculó en el Instituto de Arte de Kansas City, donde aprendió las primeras nociones sobre la técnica del dibujo. En aquellos años de su adolescencia descubrió el cine, un invento que le apasionó desde el primer momento.

En 1,917, cinco años después de que Roy Disney abandonara también el hogar paterno, Elías Disney se trasladó con su mujer y sus dos hijos pequeños de nuevo a Chicago, donde probó suerte montando una pequeña fábrica de mermelada. En la primavera de 1,918, Walt, con sólo diecisiete años, falsificó su partida de nacimiento y se enroló como soldado en la Cruz Roja para combatir en la Primera Guerra Mundial. Llegó a Europa cuando ya había paz, pero estuvo destinado en Francia y Alemania hasta septiembre de 1,919. Una vez licenciado, se fue a vivir con su hermano Roy a Kansas City, donde buscó empleo como dibujante.

Su sueño era convertirse en un artista del Kansas City Star, el diario que había repartido en su infancia, pero encontró trabajo como aprendiz en una agencia de publicidad,… Con un sueldo de 50 dólares al mes, en aquel empleo conoció a Ubbe Iwerks, un joven de su misma edad y excepcionalmente dotado para el dibujo, con el que entabló amistad. Cuando los dos se quedaron sin trabajo montaron su propia compañía,… La empresa duró apenas un mes, ya que Walt prefirió aceptar un empleo seguro, aunque convenció a sus nuevos jefes para que contrataran a Iwerks. En aquel trabajo ambos aprendieron las técnicas, todavía muy rudimentarias, de la animación cinematográfica.

Inquieto e innovador por naturaleza, Disney pidió una cámara prestada y montó un modestísimo estudio en el garaje de su casa, en el que con la ayuda de Iwerks y trabajando por las noches, produjeron su primera película de dibujos animados. El filme tuvo aceptación y consiguieron nuevos encargos hasta que Disney, que todavía no había cumplido los veintiún años de edad, convenció a Iwerks para que volvieran a probar suerte como empresarios con una compañía propia… Con una producción basada en cuentos tradicionales, las cosas les fueron bien hasta que la quiebra de su principal cliente los arrastró también a la bancarrota.

En 1,923,… emigró a Hollywood. Disney creyó que con su experiencia como cámara obtendría trabajo de director, pero ningún estudio quiso contar con sus servicios, por lo que decidió volver a montar su propia empresa con su hermano Roy como socio. El 16 de octubre de 1,923, la Disney Brothers Studio firmó su primer contrato importante, pero todavía insuficiente para hacer frente a sus dificultades financieras. Ya entonces, Walt puso de manifiesto lo que después sería una constante en su compañía: que era capaz de recurrir a cualquier estratagema para sacar el negocio adelante. En 1,924, Ubbe Iwerks se unió a ellos y Walt pudo dejar de trabajar como animador para dedicarse al área para la que siempre estuvo más capacitado: la creación de personajes y argumentos y la dirección.

El 13 de julio de 1,925, tres meses después de que su hermano Roy se casara, Disney contrajo matrimonio con Lillian Bounds, una joven empleada de su estudio, con la que tuvo dos hijas: Diane Marie, nacida el 18 de diciembre de 1,933 cuando el matrimonio ya descartaba que pudieran tener descendencia, y Sharon Mae, a la que adoptaron en 1,936. En la primavera de 1,926, y después de haber tenido que cambiar de local porque la compañía crecía, los dos hermanos cambiaron el nombre de su empresa, que pasó a llamarse Walt Disney Studio. Pero el estudio sufrió un importante revés cuando su principal cliente se quedó con los derechos del conejo Oswald, un personaje creado por Disney que había protagonizado diversos cortometrajes.

imageEl triunfo del ratón Mickey. Con la determinación de eliminar en lo sucesivo los intermediarios, Disney concibió durante un viaje en tren de Hollywood a Nueva York a Mortimer, un ratoncito rebautizado luego con el nombre de Mickey por sugerencia de su esposa y al que Iwerks dio forma. Así lo contó Disney, pero, en realidad, la paternidad de Mickey Mouse ha sido siempre motivo de polémica, y actualmente tiende a atribuirse el propio Iwerks. En octubre de 1,928, cuando Disney buscaba distribuidor para las dos películas que había producido con Mickey Mouse como protagonista, se proyectó el primer filme del cine sonoro. Adelantándose a otros productores que creyeron pasajera aquella innovación, Walt se apresuró a incorporar el sonido a una tercera película de Mickey, Willie en el barco de vapor (1,928). Buen imitador de voces y acentos, Disney hizo que el ratoncillo y su novia, Minnie, hablaran con su propia voz para abaratar costes. La película, estrenada el 18 de noviembre de 1,928 en un teatro de Nueva York, obtuvo un rotundo éxito de público y crítica.

En 1,929, con su excepcional sexto sentido para los negocios, autorizó que varias compañías reprodujeran en sus productos la imagen de Mickey Mouse, al que incorporaron guantes y zapatos blancos para evitar que manos y pies desaparecieran sobre fondos oscuros. El 13 de enero de 1,930 empezó a publicarse una viñeta del popular personaje (con Disney como guionista e Iwerks como dibujante) en varios periódicos de EE.UU., y ese mismo año se editó un libro de dibujos de Mickey que fue reeditado en numerosas ocasiones.

Adicto al trabajo, para el que robaba muchas horas de sueño, Disney tuvo una seria crisis de salud que le obligó, a finales de 1,931 y cuando el club de Mickey Mouse ya tenía un millón de miembros, a tomarse unas largas vacaciones con su esposa. De vuelta a Hollywood, se apuntó a un club deportivo donde practicaba boxeo, calistenia, lucha libre y golf. Poco después descubrió la hípica y, finalmente, el polo, del que fue un fanático durante el resto de su vida. Una afición que cultivó con tanta pasión como su fascinación por los trenes y las miniaturas.

Con Mickey Mouse como buque insignia de una compañía en alza, Disney creyó que no debía dormirse en los laureles ni aburrirse haciendo sólo películas del famoso ratoncillo, que en 1,932 le supuso el primero de los Oscar que recibiría durante su carrera. Respaldado por un equipo de excelentes dibujantes e ilustradores, desplegó todo su espíritu creativo en la primera serie de sus Sinfonías tontas (1,932). Realizados en tecnicolor, los diversos cortometrajes que componían esta producción significaron en su época un experimento sobre el uso expresivo del color. En noviembre de aquel mismo año, el estudio Disney se convirtió en el primero que tuvo su propia escuela de dibujantes y animadores.

Un año más tarde, el 27 de mayo de 1,933, estrenó la sinfonía tonta que hacía el número treinta y seis y que iba a tener un éxito inesperado: Los tres cerditos. Sin pretenderlo, su famosísima canción ¿Quién teme al lobo feroz? se convirtió en un canto de esperanza para millones de norteamericanos que intentaban no ser devorados en la vida real por la Gran Depresión. En 1,934, cuando su estudio contaba con 187 personas, nació el pato Donald, un personaje de carácter irascible y perverso, que vino a sumarse a los perros Pluto y Goofyando ya se había hecho un nombre en la industria de Hollywood, Walt Disney emprendió una iniciativa arriesgada y sin precedentes: producir el primer largometraje de dibujos animados de la historia del cine. Blancanieves y los siete enanitos (1,937) demostró no sólo que Disney y su equipo eran unos virtuosos de la animación, sino que los dibujos animados podían ser todo un género cinematográfico. La película recaudó cuatro millones de dólares, todo un récord para la época, pero dejó endeudado a Disney hasta 1,961 por culpa de la amortización de los créditos que tuvo que pedir, ya que el presupuesto inicial de 500.000 dólares de la película había acabado triplicándose.

En Blancanieves y los siete enanitos se utilizó por primera vez la cámara multiplano, capaz de sugerir profundidad de campo gracias a un ingenioso sistema de superposición de cinco láminas filmadas en un mismo plano para simular lejanía, y un nuevo sistema de tecnicolor. La película fue el primer ejemplo de que el cine de animación de la escuela Disney tenía un sólido procedimiento narrativo, en el que los personajes humanos eran descritos a partir de la «mirada» de los animales humanizados o de los seres fantásticos. También quedó patente en el filme el gusto de Disney por lo tenebroso y su estilo de sugerir más que de mostrar abiertamente el terror.

La década de los cuarenta fue un período de gran actividad en la Disney, caracterizado tanto por la consolidación del estilo iniciado con Blancanieves y los siete enanitos como por la contradicción que Walt sentía entre su tendencia artística a la innovación y al riesgo y la necesidad de atender a un mercado nada dado a las novedades y los experimentos. Reflejo de ello fue la tibia respuesta del público a las siguientes películas salidas de su «factoría» de sueños. Pinocho (1,940), considerada como una de las piezas maestras del cine de animación por los críticos y en la que se invirtieron 2.600.000 dólares, fue un desastre comercial.

Lo mismo sucedió con Fantasía (1,940), que costó 2.300.000 dólares. En ella dibujantes y animadores combinaron las evoluciones de los personajes de dibujos animados con la música de Stravinski, Dukas, Beethoven, Ravel, Bach o Tchaikovski. Considerada una obra maestra por unos y una insultante caricatura de la música clásica por otros, Fantasía no fue la «obra total» que Walt Disney había imaginado y deseado. Estos fracasos comerciales abrieron una importante brecha económica en la empresa, paliada poco después por los éxitos consecutivos de Dumbo (1,941) y Bambi (1,942).

Después del sketch sobre La danza de las horas, de Ponchielli, que codirigió con Norman Ferguson en Fantasía utilizando el seudónimo de T. Hee, Walt Disney abandonó el campo de la realización para dedicarse casi en exclusividad a la tarea de dirigir el incipiente imperio cinematográfico en el que se había convertido la empresa que tan modestamente había iniciado quince años antes. Diseñados por él mismo con el objetivo de facilitar el trabajo de sus empleados, aquellos estudios contaban con veinte grandes edificios, separados por calles a las que se les puso el nombre de sus personajes. La plantilla de la empresa rondaba los 2 mil empleados, a los que Disney exigía un alto nivel de creatividad y producción a cambio de salarios muy bajos, aunque nunca reparó en gastos a la hora de hacer sus películas y siempre llevó personalmente una vida privada sin lujos ni ostentaciones.

El 10 de noviembre de 1,940 empezó a colaborar con el FBI, después de que el entonces director de la agencia federal de investigación, J. Edgar Hoover, hubiera intentado en varias ocasiones reclutar al productor cinematográfico como agente para que le facilitase cualquier información o detalle sobre la presencia de elementos subversivos (comunistas, sindicalistas o anarquistas) en Hollywood. Sin embargo, los primeros devaneos políticos de Disney tuvieron un cariz más progresista y se remontaban a 1,938, cuando se adhirió a la Society of Independent Motion Picture Producers, asociación de productores y cineastas independientes opuestos al dominio absoluto de los grandes estudios de Hollywood. Desde aquel grupo, que contaba con figuras como Orson Welles o Charlie Chaplin, Disney fue derivando hacia un ideario próximo al partido nazi norteamericano y a un sentimiento fuertemente antimarxista.

En 1,941, un sindicato de ilustradores recién creado en su compañía amenazó al «Mago de Burbank» con ir a la huelga en demanda de mejores salarios. Disney pretendió evitar personalmente el conflicto dirigiendo un discurso a sus empleados, pero éstos, para estupor suyo, ya que concebía la empresa como una gran familia, no le dejaron pasar de las primeras frases. El 29 de mayo de aquel año, los estudios Disney quedaron casi paralizados por una huelga en la que participaron la mayoría de los trabajadores y que duró todo un año. Los acuerdos que llevaron al final de la huelga fueron firmados por Roy Disney, ya que Walt se encontraba de viaje por diversos países de Sudamérica. De aquel largo viaje salieron varias películas destinadas básicamente al público latinoamericano. Entre ellas, Saludos, amigos (1,943) y Los tres caballeros (1,945), en las que combinó dibujos animados y actores de carne y hueso. (…)

(…) Reafirmado en su anti-marxismo y colaborador del FBI hasta su muerte, Disney se comprometió a abortar todo elemento que atentara contra la nación norteamericana en la reunión celebrada el 24 y el 25 de noviembre de 1,947 en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York, que culminó con la llamada Declaración Waldorf, en la que muchos productores cinematográficos se comprometieron a colaborar con la Comisión de Actividades Antiamericanas en la «caza de brujas».

imageEn agosto de 1,948 hizo un viaje con su hija Sharon para filmar imágenes en Alaska, y con el material realizó la serie de cortos titulados Aventuras de la vida real. Su hermano Roy se opuso al proyecto (…) y auguró un incierto destino a este tipo de documentales. Se equivocó, ya que el primero de ellos, titulado La isla de las focas (1,948), no sólo resultó rentable, sino que fue premiado con un Oscar en la categoría de cortometrajes.

Prácticamente finalizada la década de los cuarenta, Disney recibió una interesante propuesta de Howard Hughes: un crédito sin intereses de un millón de dólares a cambio de su ayuda en un terreno (el sector cinematográfico) que el multimillonario tejano no conocía y en el que quería invertir. Con aquel dinero, Disney puso en marcha 18 nuevos proyectos, entre ellos Cenicienta (1950), Alicia en el país de las maravillas (1951) y Peter Pan (1953). Tras una costosísima incursión en el cine futurista con 20.000 leguas de viaje submarino (1954), volvió a proyectos más baratos y que sintonizaran con el orgullo de ser norteamericano. Para entonces, su compañía ya no era la reina de los dibujos animados. La Warner Brothers empezaba a hacerle una seria competencia con la estrella de su serie Looney Tunes, Bugs Bunny. Aquel conejo era el contrapunto del cándido, apolítico y asexuado Mickey Mouse, que a principios de los años cincuenta vivió sus momentos más bajos de popularidad, aunque siguió siendo el personaje preferido de Disney y el emblema de su imperio.

En 1,953, después de ganar un nuevo Oscar al mejor documental con El desierto viviente, inició conversaciones con la cadena televisiva ABC para ceder la emisión de sus películas al nuevo invento. A diferencia de otros productores de Hollywood, que la consideraban una amenaza, Disney creyó que la televisión era un excelente medio de difundir sus productos. Un año después inició la realización de filmes específicamente para televisión, la parte de su producción artística más denostada por los críticos. Críticas que también le lloverían años después con Mary Poppins (1,964), su primer largometraje con sólo actores reales. Pero a Disney no le importaron, porque esas películas le daban el dinero que necesitaba para hacer realidad un proyecto que acariciaba desde hacía tiempo: construir un enorme parque de atracciones basado en sus personajes.

Adicto al trabajo y perfeccionista, el productor cinematográfico diseñó hasta el último detalle de Disneyland, que abrió sus puertas el 17 de julio de 1,955 en Anaheim, California. Este parque, con una extensión de 120 hectáreas, costó 17 millones de dólares, y Main Street USA, su calle principal por donde transitaban cientos de actores disfrazados de personajes, recreaba a la perfección la calle mayor de Marceline, el pueblo donde vivió su infancia Disney, que aquel verano de 1,955 ya era abuelo del primero de los diez nietos que tuvo.

Multimillonario y galardonado con veintinueve Oscar, en la década de los sesenta se había consolidado como uno de los personajes más conocidos y queridos de todo el mundo, pero su salud flaqueaba, y todo su imperio entró en una lucha por la sucesión. Fumador empedernido y aficionado al alcohol, murió el 15 de diciembre de 1,966 en Los Ángeles, California, víctima de un cáncer de pulmón, después de haber supervisado los esbozos de Disney World, parque temático al estilo de Disneyland pero más enfocado hacia los adultos, que abriría sus puertas en 1,971 en Orlando, Florida (en 1,983, la compañía inauguró en Japón el Tokio Disneyland y en 1,992 abrió sus puertas el Euro Disney de París).

(…) Después de años de mucha producción y pocos éxitos destacables, los estudios Disney volvieron a ser los reyes del género de dibujos animados con La bella y la bestia (1,991), Aladdin (1,992) y El Rey León (1,994). Con el fallecimiento de Disney, entraba en la leyenda uno de los nombres fundamentales de la cultura popular del siglo XX. Biografía y fotos de: biografíasyvidas.com, donde puede leer el texto íntegro.

LAS RECETAS DE LA ABUELA.

Uno de los platos típicos estadounidenses, es la Hamburguesa. que no es más que un alimento procesado en forma de bocadillo o sándwich de carne picada aglutinada en forma de filete, cocinado a la parrilla o a la plancha, aunque también puede freírse u hornearse. Fuera del ámbito de habla hispana es más común encontrar la denominación inglesa burger. Se presenta en un pan ligero partido en dos que posee una forma semiesférica. Suele estar acompañada de aros de cebolla, hojas de lechuga, alguna rodaja de tomate, láminas de encurtidos, papas fritas, etc. Se suele aliñar con algún condimento como puede ser: kétchup, mostaza, relish, mayonesa, etc. (1). En el caso de que se ponga una lámina de queso procesado se convierte en una hamburguesa con queso (cheeseburger). (2) Denominada a veces: la "hamburguesa amarilla" ("yellowburger").

El nombre hamburguesa también se puede aplicar exclusivamente al filete de carne picada. La invención del bocadillo de hamburguesa en el siglo XIX es polémica, ya que diversos autores se atribuyen haber sido los primeros en haber puesto un filete de carne picada ("Hamburger steak") entre dos panecillos.(3) La hamburguesa creció durante el siglo XX junto con la aparición del concepto fast food y durante ese siglo fue adquiriendo un simbolismo especial, forma parte de uno de los alimentos icono de la cocina estadounidense (junto con el pollo frito y la tarta de manzana). (1) Fuente: es.wikipedia.org

Hamburguesa estilo estadounidenses.

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Ingredientes:

1 kg. (2,2 lb) de carne picada.
1 cebolla mediana o pequeña.
4 cucharadas de pan rallado.
1 huevo grande (dos si lo crees necesario).
Una cebolla grande.
1 tomate grande.
½ lechuga mediana.
Lonchas de queso cheddar amarillo al gusto.
Pepinillos grandes al gusto.
Mayonesa, kétchup, mostaza al gusto.
4 panes de hamburguesas.
Una pizca de sal y pimienta al gusto.
Unas gotas de aceite.

Procedimiento:

1.-Lo primero es que prepararéis la carne, para que el producto sea totalmente casero. Coged la carne picada, la ponéis en un bol y la aplastáis con el tenedor, para separarla bien.

2.-Después, pelad una cebolla mediana, cortadla en rodajas y haced un picadillo con ella, que esté lo más menuda posible. Echarla en el bol con la carne y mezclar bien para cuando hagáis las hamburguesas todas lleven algo de cebolla, pero sin que sea demasiado fuerte). Añadid el pan rallado, la sal y la pimienta.

3.-Batir el huevo y echarlo también en el bol para mezclarlo con la carne y el resto de ingredientes. Es importante que remováis bien, para que todo quede mezclado con el huevo.

4.-Para hacer la carne, poned una sartén a calentar con un poco de aceite o en una la plancha.

5.-Mientras, haces bolas con la carne, aplastándolas, de tal forma que queden gruesas, como el tamaño del dedo meñique y que mida de diámetro igual que el pan de hamburguesa.

6.-Una vez calientes la plancha o la sartén con el aceite, echad las hamburguesas preparadas y ponedlas a fuego medio, dadles la vuelta para que se hagan bien por los dos lados. En otra sartén, id calentando ligeramente el pan de hamburguesa.

7.-Ponerle la media lechuga, bien lavada Cuando la lechuga esté lista, sacadla y haced picadillo con ella. Apartad en un plato.

8.-Limpiad el tomate y haced rodajas finas y reservad junto con la lechuga. Los pepinillos habrá que cortarlos también en rodajas.

9.-Por último, id poniendo los ingredientes en la hamburguesa: primero, poned un poco de kétchup, mostaza y mayonesa en el pan por dentro; después las cuatro rodajas de pepinillo. Seguid con una loncha de queso, la carne, una rodaja de tomate y un poco de lechuga; se calienta ligeramente el pan, y se va armando la hamburguesa con capas de vuestros ingredientes favoritos. Finalmente, cerrad con la parte de arriba del pan. Fuente: cocinayrecetas.hola.com; foto: informador.com.mx

10.-Servid con una mazorca de maíz fresca, o a la plancha, patatas fritas, o lo que juzguéis que más agradara a los comensales.

PARA REFRESCAR.

1. Roma: Vistas de 360º. Una maravilla. http://www.panorama360.es/europa/italia/RomaFromSanPietroQTVR.html

2. Yellowstone: para su disfrute el fin de semana:
http://www.panorama360.es/america/usa/PrismaticPoolKrpano/PrismaticPool.html

3. Grecia: ahora que se habla tanto de ella por otras razones, véala a plenitud:
http://www.fullscreen360.com/greece-oia.html

Si este blog ha sido de su agrado recomiéndelo a sus amigos. Gracias. Yskra y Romel.

Información: Los Editores han estado enfermos desde el jueves 4 con fuerte ataque gripal, incluido fiebre y continuados accesos de tos. Hemos hecho un esfuerzo para ofrecerle este material. Esperamos conozca mejor al gran animador de nuestros años jóvenes Walt Disney y pueda comer el Día de los Enamorados una Hamburguesa estadounidense con el Ratón Miguelito.

mangoconarroztres.com NO se publicará este viernes por los motivos expuestos. ¡Feliz San Valentín para todos! Yskra.

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